Pasaron 4 meses de lucha en el INTI, desde que el 26 de enero se anunciaran los 258 despidos. Dos semanas de lock out en febrero, paro de dos semanas en la segunda parte del mes, todo esto mientras se mantenía una permanencia pacifica en el instituto con acampe que contaba con el apoyo de la población. El 14 de marzo se levanta por propuesta de la verde y la granate el paro y el acampe en base a una promesa de palabra que hicieron las autoridades de reincorporaciones. Así llegamos a estos días con un INTI militarizado, vallado donde antes había un acampe y sin ninguna reincorporación por medio de la lucha. ¿Cómo llegamos a esta situación?
Este año comenzó con luchas importantes en el estado. Para febrero el INTI, el Posadas, Fanazul, los mineros de Río Turbio y en distintos ministerios. El lugar donde había más fuerza y posibilidades claras de triunfo era el INTI, por peso propio de la institución, por organización (junta interna, cuerpo de delegados y asambleas), por ubicación (al lado de la Gral. Paz). Como señalamos anteriormente, esas posibilidades de triunfo era con una política clara de coordinación con todos los sectores en lucha. Solos, por más fuertes que fueran, era imposible ya que el plan de ataque era general.
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La dirección del conflicto en INTI
La política de la Junta Interna, compuesta por la verde de Cachorro Godoy y la Granate (orientada por Opinión Socialista) fue de aislar la lucha, confiar más en los estrechos escritorios de mesa de negociaciones que en la fuerza organizada de las y los trabajadores. Opinión Socialista tuvo un rol de lavarle la cara a la burocracia, desprestigiando luchas como la de Pepsico porque fue derrotada, sin tener en cuenta que esas/os compañeras/os dieron una lucha ejemplar durante un año en un marco de mayor fortaleza del gobierno. Llegaron a plantear en las asambleas que la izquierda solo tiene “derrotas heroicas” y que ellos con su estrategia negociadora apuntaban a por lo menos un “triunfo parcial”. La agrupación Naranja, orientada por el PO, contaba con 19 delegados pero tampoco fue alternativa y realizó un seguidismo hacia la Junta Interna oponiéndose a la política de coordinación.
Increíblemente la junta interna del INTI impulsó levantar el paro y el acampe el 14 de marzo. Le dieron 20 días de paz al gobierno, mientras se empezaba a sentir más crudamente el peso de los descuentos con la sola promesa de 40 reincorporaciones. La naranja nunca se diferenció de esta política nefasta, sino que la apoyó en nombre de la unidad. Cada vez que tuvieron mociones separadas, la verde los llamo para “consensuar” y salían los “consensos” siempre a medida de las mociones de la verde.
En el tiempo que le regalaron al gobierno, militarizaron el interior del INTI, lo vallaron, lo realambraron y metieron una empresa de seguridad privada. Las reincorporaciones, bien gracias.
La situación no cambió en dos meses, más allá de algún que otro putch sin fuerza real en la base. El INTI tenía todo para ganar. Los trabajadores del INTI lucharon de forma ejemplar bancando descuentos. La Junta Interna aisló la lucha, no coordinó y no hizo medidas duras como cortar la Gral Paz cuando tenían la fuerza y las agrupaciones como La Naranja, o El Bondi no dieron la talla. Llevando adelante la política de la Junta Interna Verde y Granate no hubo ni “triunfo parcial”, ni “derrota heroica”.
Mineros de Río Turbio, otra orientación era posible
La política de coordinar, hacer medidas duras, fue tomada a 3000 km de distancia por los mineros de Río Turbio. El conflicto era durísimo, amenazas de represión constantes con la gendarmería, lejos del peso de la opinión pública, el mismo ATE que actuó en el INTI. Eran muchos más los obstáculos que los mineros tuvieron que pasar.
Esos trabajadores tomaron ejemplos de distintas luchas, entre ellas, el de las y los trabajadores de Pepsico que fueron a llevar su solidaridad hasta la mina. Tuvieron una política activa impulsando junto a los trabajadores del Hospital Posadas el encuentro llevado adelante el 17 de febrero. Había una tendencia natural a la coordinación y hasta en la asamblea del INTI los trabajadores votaron participar. Tanto la Junta Interna como La Naranja fueron con una muy pequeña delegación llevada en 2 remises mostrando su hostilidad a la real confluencia con otros sectores.
Los mineros tenían claro que tenían que nacionalizar el conflicto. Le impusieron a ATE poner la carpa en el Congreso Nacional. Mientras la verde del INTI les recomendaba no juntarse con la izquierda, con los trabajadores de Pepsico, y hacer medidas folclóricas, los mineros buscaban hacer medidas de impacto. Por eso a pesar de la oposición de ATE hicieron el corte en la 9 de julio con una delegación de 100 mineros, con todos los sectores en lucha. Con una resolución de hierro y con una política superior tendiente a la coordinación y a la nacionalización del conflicto, contra un gobierno que ataca cada vez más pero que está cada vez más débil consiguieron un triunfo total.
Lo que se viene
El gobierno se fue debilitando cada vez más. Pasamos una nueva devaluación y ahora el acuerdo con el FMI. Ante esta situación, se está criminalizando el derecho de huelga como pasa con los trabajadores del Subte. Analistas de distintas tendencias ideológicas sostienen que el ajuste no pasa sin represión. El ajuste es ataque abierto a los trabajadores y el pueblo pobre. En este contexto los conflictos empantanados pueden reflotar, y fortalecerse si se lleva adelante una estrategia correcta. Esto es así porque el gobierno va a seguir atacando.
Es importante, de cara al ajuste que está llevando adelante el gobierno, sacar las conclusiones de lo hecho hasta ahora. Tanto en el INTI como otros lugares del estado, ATE con su política de aislar las luchas llevó a cada conflicto a la derrota. Por eso es muy importante sacar conclusiones tomando el ejemplo de los trabajadores de Río Turbio. La voluntad del gobierno es ajustar. Pero el ajuste no es un fenómeno irreversible de la naturaleza. El ajuste se puede frenar y se puede derrotar.
Para eso es imprescindible más que nunca coordinar todos las luchas en curso, y preparar las condiciones para un verdadero plan de lucha a nivel nacional. |