El volcán de Fuego en Guatemala, que, el pasado domingo tuvo una violenta erupción, que dejó al menos 99 muertos y 197 desaparecidos. Sigue sin dar tregua a las comunidades del sur del país con nuevas explosiones y deslaves. Sin embargo, el número real de muertos se desconoce. Las tareas de rescate continúan y nadie sabe con seguridad cuántas personas se tragó la lava.
El Instituto de Vulcanología (Insivumeh) aseguró que el coloso registró este miércoles 6 de junio varias explosiones débiles, en un rango de 4 a 5 por hora, que generan una columna gris de ceniza a 4 mil 700 metros de altura.
Las explosiones generan avalanchas moderadas que tienen un recorrido aproximado de 800 a mil metros y en su trayecto levantan material fino a una altura de unos 100 metros.
Entre los afectados están 44 personas heridas, 12 mil 089 evacuadas de las cuales tres mil 319 fueron llevadas a albergues, según precisa un balance dado este miércoles por la Coordinadora para la Reducción de Desastres (Conred), ente a cargo de la protección civil.
Pese al peligro y a la restricción que existe, algunos habitantes se arriesgan a rescatar lo que queda de sus pertenencias y a buscar a sus familiares y mascotas, como se puede ver en las imágenes y videos virales que se comparten en redes sociales.
Las labores de búsqueda y rescate continúan, pese a que las autoridades admitieron que será casi imposible hallar sobrevivientes debido a la naturaleza de la erupción, que arrasó desde el domingo comunidades aledañas.
Este miércoles se registró el descenso de material volcánico, flujo piroclástico y lahares en el ala suroriental del coloso, de 3.763 metros de altura sobre el nivel del mar, ubicado en el departamento de Escuintla, pasando por encima de varias comunidades en ese lugar.
Por lo que autoridades señalaron que a las 16.50 hora local (22.50 GMT) fueron suspendidas las labores de rescate luego del descenso de dos lahares fuertes; en el ala oeste del coloso, se tiene previsto que se reactiven este jueves 7 los trabajos.
A pesar de que varios países como Estados Unidos, Chile, México, Venezuela y el grupo de países donantes conocido como G13 han puesto a disposición ayuda humanitaria ante la tragedia, la misma aún permanece en el limbo porque las autoridades guatemaltecas no han hecho un llamamiento oficial.
La ayuda internacional sólo podrá llegar a Guatemala cuando la Conred pida al ministerio de Relaciones Exteriores que haga el llamado ante la situación que afronta.
"Estamos en apresto y listos para cuando Conred como ente rector del manejo de emergencias, nos autorice a realizar el llamamiento internacional", indicó la cancillería en un comunicado. En redes sociales, los guatemaltecos criticaron la pasividad del gobierno del presidente Jimmy Morales a la hora de activar el apoyo de la comunidad internacional.
El vulcanólogo Gustavo Chigna, del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (INSIVUMEH) explicó en una entrevista para BBC Mundo, que si bien se puede pronosticar cuándo ocurrirá una erupción, varios factores confluyeron para que la del domingo alcanzara dimensiones no vistas en décadas.
Según Chigna, "Lo que no podemos predecir es la magnitud que va a tener. Entonces el Volcán de Fuego es tradicionalmente muy activo. En los últimos años ha tenido 15, 16 y 17 erupciones por año, por lo que, de alguna forma, las personas que viven en las cercanías están acostumbradas a que se registre esta actividad. De ahí que muchos no hayan huido hasta último minuto. También está el hecho de que esta ha sido la mayor erupción desde 1974 y no hay registros históricos de flujos piroclásticos mayores que los que hemos visto en esta ocasión”.
El experto sostiene que los equipos de monitoreo desde el observatorio que vigila el volcán alertaron desde las 6:00 am del domingo que una erupción estaba por ocurrir.
El pasado domingo la Conred tras recibir la notificación sobre la posibilidad de erupción decidieron decretar solo la misma alerta que utilizan durante las lluvias. En un acto completamente irresponsable, ya que a pesar de que esta fue una erupción atípica, los mecanismos que existen para evacuar estas comunidades no son lo suficientemente eficientes.
Pues uno de los mayores peligros, además de la lava mezclada con lodo que se tragó los pueblos de las inmediaciones, fueron estas columnas explosivas de polvo volcánico, que lo cubrieron todo como una costra tóxica.
Pese a esto, Alex Guerra, experto en riesgo de desastres climáticos en zonas de montaña en Guatemala, explicó que se trata de un caso de debilidad institucional, pues la Conred tiene muy poco personal y presentan muchas limitaciones para poder cumplir las tareas que tienen a su cargo y no hay inversión de parte del gobierno para prevenir estos casos.
Las principales poblaciones afectadas por la erupción fueron comunidades que se encuentran a muy poca distancia del volcán, unos lugares que, en teoría, no son aptos para ser habitados por seres humanos.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que los desastres no son naturales, aunque expertos en ordenamiento territorial recomienden que no existan poblaciones cerca de lugares tan riesgosos, como lo son las faldas de un volcán activo, lo cierto es que tanto en Guatemala, como en la mayoría del planeta, existe una historia de exclusión y poca atención a comunidades rurales.
La gente más pobre vive donde puede y ahí es lógicamente donde se vuelven una alternativa para ellos estos terrenos. Si a eso se suma un gobierno que responde a las necesidades de las trasnacionales y los empresarios, que no atiende las necesidades sociales de las mayorías, entonces tenemos como resultado comunidades altamente vulnerables y propensas a catástrofes como la que estamos presenciando. |