Distante a 60 kilómetros de la capital provincial, San Pedro de Jujuy es uno los centros urbanos más grandes de la provincia. Coexisten en dicha ciudad personas de distintos extractos sociales teniendo su economía una fuerte dependencia del empleo estatal y de la producción de la caña de azúcar.
Los denominados cinturones de pobreza bordean toda la ciudad, careciendo de servicios básicos como luz y agua potable. Cabe destacar que durante enero un joven sampedreño que vivía en un asentamiento murió electrocutado tras recibir una descarga de una conexión provisoria en su vivienda de chapa. Ese mismo día, por manipuleo de garrafas en una distribuidora clandestina, se generó un grave incendio y explosión en Barrio Belgrano de esa ciudad.
En este contexto de pobreza y falta de control, el intendente Julio Moises y sus hijas Carolina y Graciela organizan junto a sus empleados más directos los tradicionales corsos de San Pedro bajo la consigna “gratuitos y familiares”.
Si bien la sociedad se ve agrupada en este evento de antaño es interesante analizar que todo tiene precio en San Pedro de Jujuy para la época de los corsos. Durante esos diez días cualquier vecino que quiera asistir deberá poseer como mínimo 31 pesos para poder sentarse.
Los precios difundidos por la municipalidad local son: $16 las sillas, $15 el derecho de espectáculo, $3 para ir al baño y, si quiere ir a un lugar más "selecto" como una tribuna, deberá abonar $15 más. Si tiene una moto deberá pagar $20 y si posee auto deberá pagar $40 por el estacionamiento.
A eso hay que sumarle los precios de las populares mesas que excederán los $300 para cuatro personas. El negocio es total, se paga el alquiler de las sillas, se paga derecho de espectáculos, todo tiene precio.
Más allá de la gratuidad siempre está en discusión a dónde se asigna el dinero recaudado. Según Javier Jurado, artista local, concejal del partido de Moises y titular de la Comisión organizadora de Corsos el dinero se destina a los premios de las comparsas, participantes que no son grandes cifras económicas.
Algunos datos
1- Históricamente la CO.ME.COR hace una rendición de cuentas al Concejo Deliberante que da la casualidad que preside el mismo Jurado. Con lo cual él mismo controla cómo hizo su trabajo.
2- Nada de lo realizado en los corsos es por licitación pública. Todo surge de reuniones entre sectores como los empresarios dueños de confiterías que son afines al municipio y que tienen a casi todos sus empleados en negro.
3- Todo esto en un contexto de extrema pobreza y falta de oportunidades para los vecinos de la ciudad que participan con gusto de la tradición pero no del negocio.
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