En medio de una fuerte indignación internacional, producto de fotografías que muestran a decenas de niños migrantes en los centros de detención, los republicanos intentan pasar una nueva ley migratoria.
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Los republicanos continúan bregando por un proyecto de migración acorde a los intereses que ya ha expuesto el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, desde enero y que ha tenido distintos retrasos y matices producto del rechazo popular y de la negativa de la bancada demócrata para votar estos proyectos.
Pese a que desde la Casa Blanca, Trump invito a los dos principales líderes de las minorías demócratas: Nancy Pelosi (cámara baja) y Chuck Schumer (senado), los calificó como “extremistas demócratas” que quieren la “frontera abierta”.
La principal propuesta conservadora de los republicanos obtuvo 231 votos en contra y 193 a favor, dejando a los republicanos con una votación para mañana sobre un segundo proyecto que al ala más conservadora del Partido Republicano no le agrada.
Convergencias y "divergencias" entre proyectos migratorios
Los dos proyectos de ley migratoria tienen como base primordial las principales demandas del presidente Donald Trump en el tema: construcción del muro en la frontera sur con México, reducción de la reunificación familiar (“migración en cadena”, como lo llama Trump), cancelación de la lotería de visas, aceleración de deportaciones, negación de ciudadanía para los dreamers (o residencia temporal renovable cada tres o seis años), entre otras medidas.
Sin embargo, pese a las similitudes de los proyectos, la existencia de un proyecto más “Moderado” es expresión de un ala republicana que quiere dialogar por un lado con sus votantes (la mayoría de los republicanos “moderados” son representantes de distritos donde la mayoría de sus electores apoyan una reforma migratoria que incluya una vía de legalización para indocumentados que lleven tiempo en el país y no tengan antecedentes penales) y por otro lado intentar dialogar con sectores demócratas que son fundamentales para que cualquier proyecto de ley pueda pasar (en el senado los republicanos solo cuentan con 51 votos y para que cualquier ley pase es necesario un mínimo de 60 votos).
El proyecto de ley Goodlatte-Labrador (Asegurando el Futuro de América HR 4760) fue el que perdió la votación el día de hoy. Esta iniciativa proponía un camino confuso para la legalización de cerca de 700 mil dreamers que, primero tendrían un permiso migratorio para poder permanecer en el país sin ser deportados durante tres años y al término de esto podrían acceder a una renovación indefinida pero jamás se habla de obtener la ciudadanía, a cambio de este “gesto” los republicanos presionarían por un presupuesto de 30 mil millones de dólares para construir el muro con México y la seguridad fronteriza.
Este proyecto también contemplaba convertir en delito federal el cruce indocumentado por la frontera, además de la eliminación de la lotería de visas, la reducción de la reunificación familiar, el endurecimiento de controles para la entrega de visas, la contratación de 10 mil nuevos agentes del ICE y la patrulla fronteriza para reforzar la vigilancia en puertos de entrada aéreo, marítimo y terrestre con apoyo aéreo e inteligencia en la frontera.
Así mismo exigía la autorización al Departamento de Justicia para la suspensión de entrega de fondos a las ciudades santuario y permitir a las víctimas de crímenes cometidos por extranjeros demandar a estas ciudades, además de una mayor cooperación de las policías locales con el gobierno federal y aumentar los estándares de acusa probable para detener y deportar individuos.
Por su parte la iniciativa “Moderada” que se discutirá el día de mañana, incluye una vía temporal de legalización de los dreamers así como del permiso de trabajo que se renovaría cada seis años. Aunque esta oportunidad sería sólo válida para los dreamers que se encontraban en el país antes del 15 de junio del 2007 y que carezcan de antecedentes penales.
Esta iniciativa también prohibiría la separación de niños de sus padres cuando sean detenidos y da fondos para la construcción de centros familiares de detención. El resto de la propuesta en cuanto al muro y la seguridad fronteriza, aparece de una manera más “amable” pero el contenido sigue siendo el mismo.
La votación del segundo proyecto
El telón de fondo para la votación de mañana es en primer lugar en enorme repudio a la separación de sus padres y encarcelamiento de niños migrantes, un escándalo que devela la acara más rapaz del imperialismo norteamericano, con por lo menos 2,500 niños encarcelados en los últimos meses y que ya tiene sus primeras movilizaciones en los Estados Unidos repudiando esta política, cuestión que orilló a Trump a firmar un decreto en el que asegura que no se separarán más niños de sus familias, pero que se seguirán deteniendo a las mismas.
En segundo lugar que no podemos obviar las tendencias que se presentan en la principal potencia mundial: las tendencias nacionalistas (expresadas en la figura presidencial de Donald Trump) y la globalización resistente. El punto neurálgico que se apuesta a recolver con las contradicciones que genera el propio Trump al mando del timón es generar un consenso entre los ganadores de la globalización (las grandes trasnacionales) y los perdedores (Pequeñas y medianas empresas, los trabajadores, la clase media).
Medidas como el proteccionismo económico, la subida de impuestos arancelarios y la política migratoria están enfocadas a generar este nuevo consenso, sin embargo, dentro del propio Partido Republicano no hay una visión homogénea que se expresan en las dos propuestas vertidas a la cámara baja, además de que mañana es muy probable que los demócratas voten en contra.
Como último elemento esta la “oposición” bastante formal de los demócratas, si bien el plan republicano para el punto de migración no es el que sostuvieron, tras el gobierno de Barack Obama si sentaron las bases (con las deportaciones masivas) para esta nueva política que intenta ser un guiño a la base electoral trumpista pero que se encuentra con el descontento de empresarios que ven en esta propuesta un peligro para la mano de obra barata.
Cualquiera de estas opciones son perjudiciales para los millones de migrantes que residen o que piensan cruzar la frontera huyendo de la violencia y de los bajos salarios reinantes en Centroamérica y México. |