Foto: Vox
El jueves 28 de junio, cientos de mujeres convocadas por la coalición Women’s March (Marcha de las Mujeres) se reunieron en un edificio administrativo del Senado de Estados Unidos en Washington para protestar contra las detenciones de inmigrantes y la separación de las familias.
La Women’s March, que movilizó más de un millón de personas el primer día de la administración Trump a comienzos de 2017, vuelve a las calles en defensa de las y los inmigrantes, contra la separación de las familias y por la abolición de la odiada policía migratoria. Dispuestas a ser arrestadas, cientos de mujeres participaron el jueves para que se escuche la voz de las y los inmigrantes.
Casi en la víspera de lo que se espera será un sábado de protestas masivas contra las políticas xenófobas de Trump, el movimiento de mujeres puede volver a transformarse en un canal de expresión de la bronca contra las políticas reaccionarias del gobierno.
“¡Hay que abolir el ICE!”, se cantaba en el acto donde tomaron la palabra activistas feministas y de organizaciones en defensa de los derechos de las y los inmigrantes. El ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) es la autoridad encargada de perseguir, detener y deportar a las personas que llegaron de forma irregular a Estados Unidos.
“Las mujeres desobedecemos hoy y todos los días” resonaba en el patio colmado de mujeres. Con el hashtag #WomenDisobey y #AbolishICE, las mujeres desobedecen y abolir el ICE respectivamente, se realizó la convocatoria a una acción de de desobediencia civil. La iniciativa recibió el apoyo de algunas legisladoras demócratas, como Elizabeth Warren y Kirsten Gilibrand, que más tarde llamó a abolir el ICE, haciéndose eco de las críticas a las políticas xenófobas de Donald Trump.
La jornada culminó con más de 600 arrestos según las organizadoras. Entre las detenidas estaba la actriz Susan Sarandon, que participó de varias convocatorias junto a otras personalidades. La actividad de la Women’s Marcha no fue la única, se realizaron protestas en varias ciudades.
La política de "tolerancia cero" contra la inmigración del presidente estadounidense desató la semana pasada protestas en muchas ciudades y provocó un escándalo político dentro y fuera del país. Como resultado de la crisis abierta, Trump se vio obligado a retroceder en sus medidas y firmar una orden ejecutiva para reunir a las familias de migrantes que se habían separado en la frontera.
El fallo de la Corte Suprema que aprueba el veto de las personas migrantes de países musulmanes (conocido como el muslim ban) reabrió la discusión sobre las políticas xenófobas de Trump. El presidente envió un proyecto de ley al Congreso para endurecer las medidas antiimigrantes e insistió con la financiación del muro con México pero la medida fue rechazada por los demócratas y un sector importante de la bancada republicana.
Te puede interesar: El Congreso estadounidense tumba la ley migratoria impulsada por Trump.
Es aquí donde queremos estar
“No soy radical y no soy activista. Pero llegué a un punto en que sentí que tenía que hacer más”. Esas son las palabras de Kate Sharaf, una de las organizadoras de las marchas a favor de las familias inmigrantes en la ciudad de Portland (“Family separations push new activists into migrant protests”, AP News, 29/06/2018) . Como ella, muchas personas que no habían participado en protesta contra Trump ahora se suman al repudio de sus políticas.
El movimiento de mujeres protagonizó una movilización histórica el primer día de nueva administración republicana. En esa primera convocatoria se habían abierto múltiples debates sobre la estrategia de la Women’s March, y no fueron pocas las voces que alertaron sobre la necesidad de mantener su independencia del partido Demócrata (con fuerte presencia en la organización).
La marcha convocada en Washington para el sábado 30 es un nueva oportunidad para que el movimiento de mujeres se transforme una vez más en una multitudinaria expresión de bronca contra Trump. Abrazar la defensa de las personas inmigrantes en el corazón de Estados Unidos hoy representa uno de los aspectos más progresivos del movimiento que nació en protesta contra la misoginia de Trump y moviliza, mayoritariamente, a mujeres blancas.
Frente a las nuevas movilizaciones, se mantiene intacto el desafío de sostener la independencia de todos los partidos de los capitalistas. El partido Demócrata intentará capitalizar el descontento con las políticas reaccionarias de la administración Trump, sin embargo el demócrata Barack Obama deportó durante su gobierno más inmigrantes que durante las administraciones republicanas anteriores, solo superadas por Donald Trump. |