El cierre de la empresa Maersk en San Antonio por parte de la patronal, que dejó a más de 1200 trabajadores y familias en la calle, sin su fuente laboral y de ingresos, ha tenido una gran repercusión a nivel nacional. Esto mismo llevo a que se desarrollara una mesa tripartita el pasado sábado, en la cual participaron el ministro del trabajo Nicolás Monckeberg, representantes del sindicato y de la empresa.
En la instancia se acordó mantener reuniones periódicas tripartitas cada 10 días, hacer un seguimiento al futuro laboral de los despedidos y se otorgaron 20 becas a trabajadoras para desarrollarse en el trabajo portuario.
De conjunto medidas que no vienen a solucionar la grave situación que viven los trabajadores despedidos y sus familias, de la cual la empresa es responsable. El gobierno con esta medida solo viene a sostener la posición de los empresarios, en contra de los derechos de las y los trabajadores. Lo que es más problemático cuando el cierre de Maersk no es un hecho aislado, sino que se repite en otras empresas, con el cierre a empresas Cial en Temuco y Pastas Suazo en Curicó.
Por lo mismo, desde la izquierda anticapitalista, se viene instalando la necesidad de que cada fábrica y empresa que sea cerrada por las patronales, sea nacionalizada y puesta a producir bajo control de los trabajadores. |