Esta iniciativa no hace más que dejar pasar por alto una de las principales problemáticas de los vecinos del barrio (ejemplo entre miles de barrios de trabajadores y pobres) es que existe un promedio de tres familias por vivienda. Solicitud de tierras para un propósito que no tiene sentido si vemos las verdaderas necesidades humanas.
Si bien la recreación es algo que es fundamental para la vida, en el barrio ya existe un sector destinado para ese fin, se llama “La placita” (Plazoleta Madre de la Esperanza) la cual se encuentra en pésimas condiciones, resumiendo un poco, es un lugar peligroso para los niños por las condiciones de las instalaciones, y obviamente es por culpa del estado. En un barrio donde el trabajo precario es una realidad, el tiempo para la recreación no existe, ya que la mayoría de los jóvenes padres y madres (y no tan jóvenes) del barrio dejan la vida en un trabajo, si no es en un trabajo pesado donde el esfuerzo físico es lo primordial (ya que en la mayoría de los casos no cuentan con máquinas para no ultrajar el cuerpo), es un trabajo donde te tienen encerrado todo el día destruyéndote el cerebro, o peor aún, la suma de ambos problemas.
Si bien no hacen públicos los gastos, basta con patear el barrio para ver a dónde va la plata que no se invierte en un plan de obras públicas para empezar a dar respuesta al problema del hacinamiento habitacional, y no es precisamente en “espacios recreativos” (gestiones tan comunes en época “electoral”). Hacen gestiones por más “seguridad” y así llenan de policías las calles como lo hizo en el barrio San José II.
Esto no es más que una política de represión a la juventud pobre y trabajadora que hoy en día se encuentra con problemas serios como el desempleo , el trabajo precario y la persecución policial a los jóvenes pobres es uno de los principales factores de riesgo para todo aquel que ha nacido morocho y calce una gorrita. Es la policía además la que se encuentra ligada directamente a las redes de trata de personas, narcotráfico, encubrimiento como en el caso Paulina Lebbos, o como en el horrendo y actual caso donde los policías encubren a un secuestrador de mujeres en la localidad de Concepción ubicada al sur de la provincia (Tucumán), tal como lo denunciaron en su momento los estudiantes que tomaron facultades.
El abuso policial llega verdaderamente lejos en nuestro propio barrio un vescino (con dos hijos a cargo) fue detenido ilegalmente, golpeado y torturado como basura, como lo tuvieron encerrado tres días perdió su trabajo. La policía no está para defendernos, solo está para amedrentar a quienes con esfuerzo diario llevan el pan a la casa. La policía (brazo armado del Estado) solo defiende los intereses de los políticos tradicionales y de las grandes empresas.
El problema no es la política, sino los cerdos empresarios
La política del PJ siempre va a defender sistemáticamente los intereses de quienes la practican, es importante destacar y mencionar que Sergio Massa del Frente Renovador, quien gobierna la localidad porteña del Tigre, dejó a los vecinos en un “naufragio intermitente” ya que con una mínima lluvia que se sufre, se pierden los muebles y electrodomésticos que tanto trabajo y sacrificio costaron, pero esto no es solo el problema del gobierno que se olvidó de las obras de infraestructuras, sino también que al crear numerosos countries amurallados no permite que el agua escurra como hace unos años atrás.
Años atrás fueron las inundaciones en La Plata, bajo la responsabilidad política de quien (aparentemente) será el próximo presidente (o así se lo propone) Daniel Scioli, quién nunca llevó a cargo las obras de infraestructura para que decenas no mueran y cientos no pierdan todo como finalmente sucedió. Ahora pasa lo mismo en Tucumán. Es que para los políticos del PJ, la UCR y el Frente Renovador, para los empresarios y la policía nuestra vida, como se dice en mi barrio, “no vale ni aca”. Por eso cuando veo a los diputados del Frente de Izquierda, esa izquierda a la que mis viejos siempre me dijeron que no me acerque, y los veo hablar de los trabajadores en el congreso, y no solo hablan, sino que ponen el cuerpo como hicieron con los trabajadores de LEAR (y eso que ahí la gendarmería reprimía –y mucho-) digo, eso tenemos que hacer acá en mi barrio, en Tucumán, en toda la argentina y más lejos también, política de los trabajadores, de las mujeres y de los jóvenes |