Hace tres días la trasnacional Goodyear ha tomado la decisión de dejar 80 familias en la calle como represalia hacia trabajadores que quieren poner en pie un sindicato propio, que los represente y responda verdaderamente a sus intereses, dando una pelea contra la central priista, la Confederación de Trabajadores de México.
Los trabajadores despedidos luchan porque consideran que las jornadas laborales son agobiantes, teniendo que cumplir la labor de hasta dos trabajadores, encima, la empresa les paga con sueldos de miseria que no alcanzan ni para la canasta básica.
Los obreros rompieron la primera barrera del miedo que impone la patronal, tan pequeña como un portón y tan grande como la posibilidad de quedar sin empleo, sin sustento para sus familias. Concluyeron que los que son cómplices para imponer estas condiciones laborales son los charros de la CTM, que encima de que no son trabajadores, firmaron un contrato de protección patronal que garantiza ahorrarle millones de pesos a la empresa en mano de obra (para mantenerla barata y precaria) y garantizar “paz laboral” o mejor dicho, mano dura para toda organización independiente de los trabajadores.
Es por eso que los trabajadores decidieron poner en pie una organización autentica, que represente verdaderamente sus intereses y que no trance por unas moneadas la pequeña ilusión que se va gestando en toda la fábrica: romper con esas jornadas laborales a ritmos inhumanos, para no regresar tan reventados a sus hogares y llegar con un poco más de pan para sus casas.
Fuera de todo pronóstico patronal o charril y pese a la intermitente amenaza de despido, los trabajadores no aguantaron más y el 25 de abril recurrieron a un método para revelarle al patrón que ellos producen y que ellos quieren decidir sobre sus condiciones laborales. Fueron claros, quieren que paren los altos ritmos de producción, quieren más salario y democracia sindical, la patronal dice que sí y firma un acuerdo dónde asegura que no habrá reprimenda y que se echará a la CTM de la fábrica.
Sin embargo, la patronal de Goodyear comenzó despidos hormiga en complicidad con el gobierno estatal de San Luis Potosí. Bajo la óptica del patrón es intolerable que los trabajadores se reúnan y pongan en pie organizaciones obreras independientes porque esto puede generar condiciones para que los obreros puedan luchar por trabajar menos y ganar más, es decir, atentar contra las preciadas ganancias, fruto del esfuerzo ajeno en condiciones de semiesclavitud, pero ellos piensan que sólo defienden el paraíso que el gobierno de Enrique Peña Nieto y los partidos del congreso, le entregaron en charola de plata.
¿Podemos revertir los despidos?
Ochenta familias están en la calle y tiene tres días sin percibir un salario. El titular de la Secretaría de Trabajo y Prevención Social, Manuel Lozano ha aceptado frente a los trabajadores que los despidos son injustificados. La “ley” llega tarde, los propios patrones ya habían notificado a los trabajadores que los despidos eran reprimendas por tener la osadía de levantar un sindicato independiente.
Parece que la “justicia” que debería obligar a los patrones a reincorporar a los trabajadores se pondrá, nuevamente, del lado de los verdugos. La justicia, bajo un gobierno de los empresarios, depende muchas veces de la correlación de fuerzas que haya entre empresarios y trabajadores.
¿Cómo podemos generar una correlación de fuerzas favorable para pensar en reincorporar e nuestros compañeros? La respuesta ya la dieron los obreros de la Goodyear, los patrones no hubieran firmado ningún acuerdo, como el del 25 de abril, sin una demostración de fuerzas que hicieron los obreros al parar la fábrica.
Sin embargo, para esta ocasión dónde los patrones tienen a su favor los despidos ya consumados y el cobijo del gobierno estatal y sus instituciones que no moverán un dedo para obligar a reinstalar a los trabajadores, es necesario construir unidad entre los trabajadores, esta vez, con miras a que el portón de la fábrica sea el punto de partida, es decir, abogando a que todos los sindicatos que se reclaman democráticos impongan, con la acción en las calles, la reinstalación de los trabajadores.
Muchos sindicatos han sacado ya desplegados apoyando a los trabajadores de Goodyear, desde sindicatos importantes de la industria Automotriz como el Sindicato de Trabajadores Unidos de Honda México (STUHM) hasta centrales sindicales internacionales como IndustriAll. Sin embargo, en entrevista con los despedidos, la mañana del 10 de julio, apuntaban a algo que los propios trabajadores perciban: “hasta ahora el apoyo ha sido más moral que físico” decía un trabajador de Goodyear.
Este “vicio” del sindicalismo opositor ha estado presente en innumerables luchas (muy duras luchas) obreras. Nosotros creemos que podemos arrancar esta victoria frente a la patronal de Goodyear, es por eso que los trabajadores de base del sindicalismo opositor deben imponer a sus direcciones la necesidad de rodear de solidaridad a las 80 familias despedidas, hoy más que nunca la frase que tanto repiten los dirigentes sindicales: “Ni una lucha aislada más” es necesaria ponerla en práctica.
Es necesario generar un fondo de lucha para que la lucha no sea quebrada por hambre y que impongamos la reincorporación de los trabajadores con la movilización en las calles, no queremos ni una sola familia en la calle.
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