Fotografía : wikipedia
En esta dirección, el canciller Héctor Timerman envió una carta al secretario de Estado norteamericano John Kerry y al ministro de Relaciones Exteriores israelí Avigdor Lieberman para que la causa AMIA sea incorporada en las negociaciones emprendidas con Irán, a raíz de su programa nuclear, aunque a renglón seguido solicitó que EE.UU. y el Estado de Israel no utilicen a Argentina como “escenario en los que otros Estados intervienen para definir disputas en función de sus propios intereses geopolíticos”.
Desopilante y decadente a la vez. La confesión de parte revela el curso pro-imperialista del gobierno kirchnerista, el que durante toda la década ganada persistió en la defensa de la “soberanía nacional” dejando la causa AMIA en manos de la CIA y el Mossad, los cuales colonizaron los servicios de inteligencia nacionales y ejercieron la conducción de facto del temible “Jaime” Stiuso y del fiscal Alberto Nisman, adjudicando la presunta responsabilidad del atentado a Irán en un dictamen trucho de 2006. Un mamarracho sin ninguna prueba real, como denunció una y mil veces el periodista Horacio Verbitsky.
Tras la reunión celebrada con George Bush en septiembre de 2006, Néstor y Cristina optaron por utilizar este “escenario” en función de los “intereses geopolíticos” de EE.UU. y el Estado de Israel en su “cruzada antiterrorista” contra los pueblos árabes, a partir del empantanamiento de las guerras de Irak y Afganistán. El derechista Bush y el reaccionario Congreso Judío Mundial no escatimaron elogios cuando los Kirchner habilitaron al juez de la causa Claudio Bonadío a pedir orden de captura y lanzar las circulares rojas contra los supuestos iraníes sospechosos, enterrando definitivamente la llamada “conexión local”.
La subordinación kirchnerista a EE.UU. y su vasallo sionista fue tan vergonzosa que no tuvo más remedio que hacer la vista gorda cuando uno de los iraníes acusados, el ex embajador Haadi Soleimanpour, fue detenido por Interpol en los tribunales de Londres, seguidamente fue liberado considerando que la acusación argentina era “carente de argumentos”, y para los postres, fue indemnizado con 10 mil dólares.
Después de este derrotero, la ironía es que los kirchneristas del movimiento Evita y la agrupación Seamos Libres se movilizarán este viernes a la embajada de EE.UU. denunciando su rol “desestabilizador”.
Claro que la oposición republicana y los mandamases de la Justicia que sorprendentemente exigen justicia parecen superar a los kirchneristas con creces.
Lejos de un imaginario “nacional” del 25 de Mayo de 1810, signado por la épica de los paraguas del 18F, estos sectores que bregan por una “justicia independiente” adhieren a la propuesta de formar una comisión de juristas internacionales para esclarecer la muerte de Nisman y el atentado a la AMIA, como sostienen los editorialistas del New York Times y de los diarios mas importantes del establishment financiero norteamericano, considerando falsa y despectivamente a Argentina como un “Estado fallido” (failed state), similar a Libia, hundida en el desmoronamiento estatal y el control territorial de infinidad de milicias armadas. Abonando premeditadamente este curso, la DAIA presentó una denuncia cuestionando la inacción del gobierno ante la desaparición de un misil TOW 2 y 130 fusiles FAL del Escuadrón de Caballería Blindada 1 de La Plata.
Probablemente quien mejor formuló esta orientación fue el personero del grupo Clarín Eduardo Van Der Kooy, que se quejaba porque Cristina rechaza “cualquier posibilidad de colaboración internacional” y “ni siquiera ha permitido algunas pericias de organismos extranjeros, mas expertos y con tecnología superior a la existente en Argentina”, anticipándose a la proposición de la ex esposa de Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado, que pidió la presencia de un veedor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, una institución títere de EE.UU.
Como remate, no por azar el vocero de Obama, Josh Earnest, acaba de declarar que al gobierno de los Estados Unidos le preocupan “el estado de derecho y la justicia”, “una situación que vamos a vigilar”; mientras el Congreso norteamericano echó a correr el rumor de un posible viaje de una delegación de legisladores demócratas y republicanos con la misión de “controlar” de cerca la evolución de la causa.
Ninguna verdad y justicia puede prosperar de estos tahúres profesionales que juegan al truco con las cartas marcadas por más de 20 años de impunidad y encubrimiento con la complicidad de todas las alas del régimen. | 
