El gobierno nacional dio otra muestra de hasta dónde está dispuesto a llegar con el ajuste. Esta vez le toca a los trabajadores, trabajadoras y sus familias. En la semana emitió un decreto que, con Macri de gira, fue firmado por la vicepresidenta y el ministro de Trabajo.
La misma apunta a las asignaciones familiares que cobran a través del ANSES los trabajadores en relación de dependencia. Por un lado subirá el piso salarial para percibirla (a $2186) y también el techo ($41900).
Pero lo más grave es que ha decidido recortar el beneficio que tenía en cuenta a las familias que vivían en “zonas desfavorables”. Entre ellos el sur (Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego), y algunas localidades del Noroeste. Antes cobraban $3.155 y ahora pasarán a cobrar $1578 como el resto del país. La mitad.
El argumento del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, es que “había una distorsión. Es lo mismo un chico de La Matanza que uno de Tucumán o del Sur. La mayor pobreza la tenemos en el conurbano bonaerense y en el norte”.
Pero desde el mismo gobierno reconocieron que la medida “puede generar reclamos, pero tenemos que ordenar el sistema para darle sustentabilidad”.
¿Sustentabilidad para quién?
El uso de una palabra sacada de los “Papers” del FMI termina siendo una confesión de los verdaderos motivos de la medida.
Pero el argumento “igualador” es una mentira: como los hijos de los trabajadores y trabajadoras de la zona metropolitana son tan pobres como los del sur, “igualemos” a todos para abajo.
Además, "olvida" un elemento cierto. El costo de vida total en muchas zonas del país es mucho más elevado que en otras. Las mismas estadísticas oficiales hablan de una diferencia del 50% o más.
Tengamos en cuenta que estas "asignaciones" son a lo sumo un paliativo que otorga el Estado a las familias trabajadores. Hoy la pobreza infantil afecta a 8 millones de chicos y chicas. Y sigue en aumento.
Aunque limitada, la medida “igualadora” tendría que haber sido en todo caso el aumento generalizado de esas asignaciones. Además, el ministro que firma la medida es el mismo que pone techo a las paritarias de todos los gremios, o permite el despido de miles de trabajadores todos los meses. Si los trabajadores cobraran un salario igual a la canasta familiar que miden las organizaciones obreras, como la Junta Interna del Indec, no habría tantos millones de chicos pobres. Ni en la Patagonia, ni en La Matanza.
El “ahorro” que se propone el gobierno para darle “sustentabilidad” a su gestión, es de 150 millones de pesos mensuales aproximadamente. Una suma que podría sonar irrisoria cuando tenemos en cuenta que se pierden diariamente U$S 250 millones por deuda pública y la timba financiera. O ante los beneficios por rebajas en retenciones que se le dan a los empresarios del campo.
Por eso, tras los increíbles argumentos del gobierno, se esconde una de las medidas más brutales de los últimos tiempos. Sacarle el pan de la boca a cientos de miles de pibes. |