PepsiCo Guatemala se ha distinguido por violar el código de trabajo, los derechos humanos universales, la constitución política; llegando incluso a violentar un mal llamado “código de conducta”, consistiendo este último en un manual ético, reglamentario interno de la empresa.
PepsiCo hostiga, reprime, explota y somete a un proceso de despido ilegal a un grupo de 30 compañeros de promoción, de los cuales 15 están afiliados al Sindicato de Trabajadores del Grupo Frito Lay Compañía Limitada (SITRAFRITOLAY) con el aval de las instituciones gubernamentales.
Cabe destacar que estos compañeros han estado laborando durante alrededor de tres años en condiciones económicas muy inferiores, a pesar de tener un contrato laboral indefinido firmado con la empresa. Estas represalias son ejecutadas por los administradores locales y sugeridas por la asesoría jurídica de dicha transnacional en Guatemala.
La empresa PepsiCo también ha despedido a otro grupo de 36 compañeros sindicalizados. De estos treinta seis, diez ya tienen orden de reinstalación, sin embargo, la empresa se niega a reinstalarlos, desacatando de esta manera la orden del juez de trabajo.
Estos despidos se han realizado de manera ilegal, pues la empresa tiene un emplazamiento vigente desde hace más de tres años. La excusa que utilizan siempre es la misma: remodelación operativa. Pero sabemos que no es así, porque posteriormente contratan a un gran número de trabajadores tercerizados, por medio de una red de empresas con prácticas injustas que se dedican a explotar a trabajadores de manera inhumana. Una de estas empresas se hace llamar “SOLUCERSA”. Soluciones empresariales. En ella, los trabajadores enfrentan las arbitrariedades de la patronal que busca complacer las exigencias de PepsiCo bajo condiciones económicas muy inferiores de los empleados directos.
Éste solo es un grupo de empleados directamente afectados, puesto que cientos más son víctimas de constantes abuso como suspensiones arbitrarias sin goce de salario, cuyas medidas siempre son ejecutadas por supervisores de producción sin importarles ningún acuerdo laboral o protocolos que establece la ley. Además de este escenario, el hostigamiento y amenazas de despido contra los trabajadores que se organizan son constantes, manteniendo al trabajador en un estado psicológico estresante por no saber qué será de su futuro y el de su familia.
Desde el Sitrafritolay, constituido desde el año 2015 con mas de 800 trabajares afiliados, rechazamos rotundamente estas medidas que atentan contra los derechos de los trabajadores del sector y reiteramos nuestro compromiso de organización –de más de tres años– contra los abusos patronales en la empresa PepsiCo. | 
