Tras despedir más de 70 trabajadores en el mes de mayo luego de la visita del Intendente Sebastián Abella y el ministro de Producción de la provincia de Buenos Aires Javier Tizado, la empresa sigue con su plan de ajuste. En este caso ofrece 50 retiros voluntarios (despidos encubiertos) que ante la negación de las trabajadoras amenaza con que, si no aceptan esos retiros, serán desvinculadas posteriormente. Lo mismo que está haciendo en su planta de Siam-Avellaneda.
Estos despidos son totalmente discriminatorios hacia las mujeres ya que se excusan en que para la nueva producción de turbinas (negocio que cerraron con el amigo del presidente el empresario Marcelo Mindlin) necesitan la fuerza masculina, sin tener en cuenta que estas mujeres fueron las que desde el 2012 vienen generando las riquezas que se llevan estos grandes empresarios y dejando en las líneas de producción su salud ya que la mayoría sufre de tendinitis y lumbalgia, entre otras enfermedades causadas por sus tareas laborales. Pero estas consecuencias en la salud no solo la sufren las trabajadoras sino también sus compañeros. La empresa debería garantizar los medios para no realizar esfuerzos que afecten a la salud y adaptar los tiempos de producción a la cantidad de operarios o contratar más mano de obra. En este caso quiere dejar en las calles a las mujeres que son sostén de familia que no solo trabajan 9 horas en la fábrica (muchas veces también haciendo horas extras y sin francos) sino que también realizan el trabajo doméstico.
Mientras tanto el sindicato de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) sigue sin tomar ninguna medida de acción para frenar los despidos y el ataque que lleva adelante la empresa, como ya lo vimos en el mes de mayo, siguen jugando un papel cómplice. El Diputado Nacional de Unidad Ciudadana y Secretario General de la UOM Abel Furlán hace de vocero de la empresa declarando que “me dijieron que están complicados, pero lejos de esa situación”. Desde el 2015 se vienen efectuando más de 28 mil despidos y 20 mil suspensiones en la rama metalúrgica sumados a los miles que ya vienen despidiendo en la industria química o en Atucha recientemente. Los dirigentes sindicales no llaman a un plan de lucha con asambleas y paros para enfrentar estos ataques. En la zona de Zárate y Campana somos decenas de miles de familias trabajadoras, con esa fuerza organizada no hay empresa que se atreva a discriminar.
Hay que aprovechar la fuerza y el apoyo de las mujeres y la juventud para pararles la mano. Desde el #NiUnaMenos que venimos demostrando en las calles que queremos que no nos maten, que no nos discriminen, que no jueguen con nuestra salud, que nos dejen decidir y que no somos objetos. Tenemos que seguir organizándonos adentro y afuera de los trabajos, para seguir peleando por nuestros derechos porque, con estos representantes en los sindicatos no se puede contar. |