El último mes y medio se transformó en un aliento contenido. Después de muchos años de organización, de debates contra la corriente y un gobierno que se negó a tratar el proyecto, se abrió una grieta por donde colar nuestro reclamo para que llegue al Congreso.
Miles de mujeres mueren en Argentina por las consecuencias del aborto clandestino y la Iglesia aliada al Estado la que lo garantiza, junto otros que aprovechan el gran negociado que es mantenerlo ilegal. Algunas pueden pagar, otras no. Ellas son las que mueren. Pagamos con nuestra salud, cuerpos y vidas.
Desde el grito “Ni una menos” nos negamos a seguir siendo víctimas, y entonces emergimos, ganamos fuerza en las calles y sin confiar en que algún gobierno nos regalaría nada.
Ahora sabemos que hay una oportunidad para ganar esta ley y los opositores también lo saben. El 13 de junio dejó planteado algo: tienen miedo. Porque lo arrancamos en las calles y vamos por más. Por eso transformaron al 8 de Agosto en una pelea para frenar al movimiento de mujeres y el derecho al aborto. Si no redoblamos la movilización, gana el aborto ilegal y nos roban nuestro derecho a decidir y a vivir.
¡Iglesia, vos sos la dictadura!
Primero fue La Iglesia Católica, que pasó de quejarse con formas rancias y débiles a ponerse a la cabeza de la “contra-campaña”. El Papa Francisco (que es Bergoglio) comparó a las mujeres que defienden el aborto legal con los nazis. Los obispos en Argentina no tardaron en dar su mensaje a través de las cámaras para millones el 9 de Julio, especialmente dirigido a la casta de senadores.
Es la misma Iglesia que protege a los curas abusadores en todo el planeta. La misma que se calló y fue cómplice de la dictadura genocida en el país. Los inquisidores del medioevo, versión Siglo XXI, que en cada oportunidad militaron en contra nuestros derechos: voto femenino, divorcio, matrimonio entre personas del mismo sexo, y ahora interrupción del embarazo.
Quieren mostrar respaldo como el sábado pasado en el obelisco, y anuncian el mismo 8 una misa en la Catedral y un acto. Ni lo intenten. Las calles son nuestras y lo volveremos a demostrar.
Pero ellos recurren a otras herramientas. Los millones que recibe del Estado en subsidios y sueldos, los colegios confesionales y el lobby parlamentario: todos los mecanismos y el poder que goza esta institución se pusieron en funcionamiento para torcer la votación en el Senado.
Que un puñado no se imponga sobre millones de mujeres
¿Vamos a confiar en esta casta privilegiada? Son 72 senadores que se atribuyen el poder de votar contra la opinión de millones, como nos mostraron en diciembre robando a los jubilados. Con 36 más el voto de desempate de Michetti, que sería en contra, ya se aseguran que no se apruebe la legalización. Al día de hoy consiguieron ese piso, aunque toda la información previa es endeble. Ellos votan contra la vida de las mujeres.
Macri “habilitó” el debate de manera oportunista, después de ser un proyecto cajoneado bajo los tres mandatos kirchneristas. Mientras tanto, Cambiemos está descargando un ajuste brutal a los trabajadores, tarifazos en transportes, luz, agua, paritarias de miseria, desocupación ¡y de vuelta a endeudarnos con el FMI!
El Gobierno Nacional, con ayuda del Senado y los gobernadores, embarga el futuro de millones comenzando un nuevo saqueo. En Moreno se mostró que Vidal no tiene ningún interés en “salvar vidas”, luego de la explosión en la escuela donde murieron Sandra y Rubén.
Tienen a sus principales dirigentes y a la mayoría de sus legisladores en contra del aborto: empezando por Gabriela Michetti, siguiendo por Esteban Bullrich, Pinedo, y una larga lista, da en total 14 senadores de un total de 21 (sumando a los bloques que componen Cambiemos). Vidal y Stanley se mostraron bien cerca de la cúpula eclesiástica. Sus políticos son la punta de lanza de la operación política que quiere convencernos de que ya está perdida la votación.
En el peronismo son 11 los senadores que con su voto van a intentar frenar el aborto legal, hasta el momento. El bloque justicialista, que contiene en sus filas a personajes nefastos como Menem, aporta 10 votos en contra y se sumó la senadora Larraburu, kirchnerista del Frente Para la Victoria.
Aunque Cristina Kirchner anunció meses atrás que su bloque acompañaría la media sanción de diputados, junto a Pichetto mantuvieron silencio durante el debate y frente a esta campaña contra el derecho al aborto. Ahora ni pueden asegurar lo "prometido": que todos los senadores del bloque voten verde. Ni siquiera convocan a dar vuelta los números públicamente y sin titubeos.
Hace unos días, el gobernador de Tucumán y ex Ministro de Salud del gobierno de Cristina, Juan Manzur, impulsó y logró que se aprobara decretar a esa provincia como “Pro Vida”. Las alianzas de los partidos con la cúpula de la Iglesia no se rompieron antes ni se rompen ahora, dejando al descubierto las posiciones hipócritas.
Solo el Frente de Izquierda mantuvo una posición unificada, tanto en la votación el 13J como antes y después en su programa y su plataforma, y acompañando hace años cada movilización y presentación del proyecto de ley.
Con sus maniobras atrás de las cámaras regatean con la vida de millones de mujeres. ¿Vamos a dejar que esos dinosaurios tiren abajo una ley que ya ganó a la mayoría a favor? Nuestra vida no vale nada para ellos. Entonces digamos claro: son ellos o nosotras.
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Nos quieren frenar: seamos millones
La Franja Morada en muchas facultades agarró los pañuelos verdes pero los volvió a guardar rápidamente: en la legislatura porteña votaron contra la propuesta de que el martes 7 se discuta en todos los colegios de Capital educación sexual y aborto. Ni hablar de la cantidad de legisladores de su partido –la UCR- que votan en contra.
No nos sorprende, ya que son los mismos que gobiernan las provincias donde la Iglesia más se mete en los colegios, dictando contenido religioso o impidiendo que se de educación sexual. En las universidades administran para los intereses de negociados propios y de las empresas privadas.
Las estudiantes venimos cuestionando esto en cada escuela, colegio y facultad. Porque es ahí donde se forman los profesionales como Albino y la larga fila que pasó por las comisiones dando clase de religión y no conocimiento científico y laico. Porque son las facultades las que aportan a la formación de esos funcionarios que ajustan los bolsillos y que mantienen el aborto ilegal. Porque es en los colegios donde vemos que sin educación sexual, la ilegalidad del aborto es una condena sobre las más jóvenes para imponer la maternidad o el aborto clandestino.
Venimos de meses de debate, actividades, jornadas culturales, tomas de colegios, y pañuelazos. Que no quede ninguna duda. Las estudiantes estamos de este lado.
¡Nosotras ya decidimos! Las calles son de las mujeres, trabajadoras y jóvenes, que estamos dando una pelea histórica para dejar de morir en clandestinidad.
Si la Iglesia se organiza nosotras desde hoy mismo tenemos que multiplicarnos. Tenemos una tarea urgente en un momento definitorio. No vamos a parar porque nos quieren robar nuestro derecho a decidir y a vivir.
Tienen miedo porque saben que esto recién empieza. Que les vamos a cuestionar todo. Que es un paso para lograr la separación de la Iglesia del Estado. Que vamos a ir contra con las condiciones de trabajo de precarización que nos imponen y para terminar con el trabajo domestico no pago e “invisible”, que mayoritariamente cae sobre las espaldas de las mujeres. ¡Vamos por enfrentar los planes de ajuste y de represión sobre nosotros! Y que en cada paso, contagiemos a más.
Hagamos temblar la tierra y paremos el país
Pongamos de pie a cada colegio y facultad esta semana. Que todos los centros de estudiantes estén movilizados, con asambleas y reuniones abiertas y democráticas para que decidamos cómo intervenir con fuerza. Desde el Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL) se preparan para participar activamente en la convocatoria del 8A junto a estudiantes que aporten sus iniciativas y desplieguen su creatividad para darle fuerza a la pelea.
Mientras tanto, algunas organizaciones como Patria Grande, Libres del Sur y La Dignidad, que hacen campaña a favor del aborto, serán parte de la movilización de San Cayetano el martes 7. Una convocatoria junto a sectores de la Iglesia, un día antes de la votación de la ley, será utilizada por el poder eclesiástico y los grandes medios de comunicación para debilitar la pelea del movimiento de mujeres. No se puede jugar a dos bandos cuando está en juego la vida de las mujeres: o se está por el aborto legal o se está con los representantes del lobby del vaticano que milita en contra de este derecho.
Ese mismo martes ya está planteado comenzar con acciones en cada lugar de estudio, coordinando, y que muestre al movimiento estudiantil exigiendo la separación de la iglesia del estado y que se vote el derecho al aborto sin maniobras, sin más demoras y sin cambios.
También tenemos que plantear esto en nuestros lugares de trabajo. ¿O vamos a esperar que los dirigentes sindicales acomodados en sus sillones se levanten de repente para defender al movimiento de mujeres? Ellos son los que dejan pasar despidos, pactan paritarias de hambre y dejan correr la precarización y acosos de todo tipo en nuestros laburos. No. Hay que exigirles que se convoque a un paro el 8 y que garanticen los medios para que todas y todos estemos rodeando al Congreso.
Paremos todo y redoblemos la apuesta copando las calles. Mostremos nuestra fuerza. Hagamos temblar la tierra. Esta es la unión que temen, la de las estudiantes junto a las trabajadoras organizadas que van por más.
Hagamos historia por la conquista de nuestro derecho al aborto legal. |