¿Por qué la marea verde argentina inspira a salir a las calles en todo el mundo? El debate sobre el aborto muestra que hasta en países como el Estado español, donde es legal, este derecho siempre está en cuestión por las instituciones más reaccionarias.
El mundo está expectante porque el 8 de agosto se votará en el Senado argentino la ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo (IVE). El movimiento de mujeres en Argentina está atravesando un momento histórico. El debate se agudiza entre el pañuelo verde que representa a ese profundo movimiento de mujeres que exige que el aborto “Sea Legal”. Y el pañuelo ‘celeste’ -o azul en el Estado español- que está a favor del “Aborto ilegal y clandestino” y que intentan imponerse. La realidad es que la aprobación de la Ley a favor del aborto legal está en peligro.
¿Pero por qué esta marea verde argentina es un foco de inspiración a salir a las calles en todo el mundo? Porque actúa de portavoz de los derechos de las mujeres a nivel internacional. Y en el Estado español, donde se preparan manifestaciones solidarias como en todo el mundo, el derecho al aborto siempre está en cuestión y retroceso.
Pañuelos azules en la España profunda(mente) reaccionaria
Actualmente, tras la ley aprobada en 2010 por el Gobierno de Zapatero, existe el derecho a la IVE hasta las 14 semanas de gestación (22 semanas en algunos casos por enfermedad), independientemente del motivo. En el año 2015 el PP modificó la ley y el aborto para jóvenes de 16 y 17 años requiere consentimiento parental.
Pero hace sólo cinco años, el ministro de Justicia Gallardón del Partido Popular, había anunciado el 20 de diciembre de 2013 una contrarreforma a la Ley del Aborto que hubiera significado un retroceso tal que el agua bendita de las Iglesias se hubiera transformado en la sangre derramada de las mujeres que morirían en abortos clandestinos. Las cifras registradas de IVE sólo el 3% son por malformación del feto.
Esto desató movilizaciones masivas durante nueve meses. Y el Gobierno respondió con represión y detenciones, tal como ocurría durante el franquismo con cárceles llenas de mujeres por abortar, porque no podían “viajar a Londres”. Pero el Gobierno de Rajoy se vio obligado a retroceder y a hacer dimitir al reaccionario ministro, el 23 de septiembre de 2014.
Durante esos meses se había abierto un amplio campo de debates entre PP y PSOE, Iglesia, Conferencia Episcopal Española (CEE) y los borbones, que en ese momento, entre abdicación y nuevo rey, se descubrió que hasta la princesa Letizia Ortiz había abortado. El debate sobre el aborto no es sólo un campo de batalla sobre el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos, es también una batalla en la que se juega el destino de las mujeres y su rol en la sociedad. Ya lo decía el intransigente Ministro Gallardón: "La libertad de la maternidad es la que hace a las mujeres auténticamente mujeres”.
Y es un debate sobre la vida y la muerte... de las mujeres. Mientras se movilizaban incansablemente, el incienso de las catedrales desparramaba las estridentes voces de los prelados, como en su momento lo hizo José Ignacio Munilla anunciando un "holocausto silencioso” protagonizado por las ‘pecadoras que abortan’ provocando una "masacre de inocentes". Y en honor a "la vida" pedían a sus fieles como foro de perfil de Facebook una ecografía del vientre materno.
Si de pañuelos azules hablamos, no podían faltar las Asociaciones Pro-Vida, Derecho a Vivir o Hazte Oír. Incansables activistas en las puertas de los hospitales donde se practican los abortos, que atacan a las mujeres que ejercen ese derecho gritándoles “asesinas”, demás insultos y muchas veces hasta empujones.
El Patriarcado desciende de los cielos y resucita entre la Conferencia Episcopal Española, el PP y el PSOE
Hace semanas el PP se ‘renovó’ con un nuevo líder, Pablo Casado, fiel representante del “aznarismo”. Entre las más reaccionarias promesas contra las personas inmigrantes y el pueblo catalán, se atrevió a atacar el derecho al aborto volviendo a la ley del año 1985 que permitía abortar en base a tres supuestos: 1) si era un grave peligro para la vida o la salud física/psíquica de la mujer; 2) por violación (si se había interpuesto una denuncia previamente); 3) si el feto iba a nacer con graves “taras físicas o psíquicas”.
Pero hablemos del PSOE. La Ley del Aborto del 2010 bajo el Gobierno del PSOE intentaba diferenciarse del discurso del PP sobre "la vida". Lo que determina o no a un ser vivo no es un "impulso interno de vivir” como dicen los populares, sino las condiciones económicas y políticas para que esa "vida" pueda ser posible y viable. Garantizar esas condiciones es y ha sido sólo un discurso y ya se está viendo El techo de cristal y los subsuelos del feminismo liberal del PSOE.
Además en la Ley del 2010 de los ‘socialistas’ el aborto continuó estando en el código penal: una ambigüedad legal muy cuestionada por el movimiento feminista. Y no olvidemos que no todas las mujeres pueden abortar: las inmigrantes “sin papeles” según las reaccionarias leyes de Extranjería, no tienen acceso a la Seguridad Social, por tanto tampoco a la cobertura médica que brinde el derecho al aborto.
¿Y la separación de la Iglesia y el Estado? Este año la Iglesia recibirá más fondos que nunca de parte de la Asignación Tributaria, llegando a l256,21 millones de euros, siete millones más que el año anterior, la cifra más alta desde 2007 cuando se impuso este modelo de financiación de la Iglesia ¿Diseñado por quién?, por el PSOE cuando fijó que el Estado le destinaría el 0,7 % de la cuota íntegra del IRPF de los contribuyentes voluntarios.
Lo que se oculta además es que, según ACAI (Asociación de Clínicas Acreditadas para la Interrupción del Embarazo), no hay centros públicos que cuenten con presupuesto suficiente ni están protocolizados para realizar abortos en las mismas condiciones que las Clínicas IVE -Centros Acreditados para la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Es decir, se podría hablar de una semi privatización de este servicio, porque estas clínicas son privadas y están concertadas con el Sistema Sanitario de las Comunidades Autónomas para realizar esta prestación sin coste alguno para la mujer.
Hermanas argentinas ¡Ni un paso atrás! Por el derecho al aborto legal, libre y gratuito
La lucha por el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito es una lucha incansable y a la vez permanente incluso en los países donde ya es legal. En el Estado español ha sufrido constantes avances y retrocesos y siempre está en cuestión ante el mínimo descuido. Esto es el espejo del retroceso social bajo un capitalismo en crisis en el que reflotan los valores más retrógrados de un patriarcado bañado de "agua bendita".
Cuando Gallardón se atrevió a sacar su reaccionaria reforma, se tuvo que enfrentar a un movimiento de mujeres que venía casi inmovilizado. Justo había comenzado la larga huelga de ocho meses en la fábrica Panrico, de una importante mayoría de mujeres. Ellas también se movilizaron y denunciaban que “Es inconcebible que nos prohíban abortar, cuando nos prohíben trabajar si somos madres”. Estaban hablando así de los derechos prohibidos sobre muchos derechos recortados.
Ayer fue Gallardón, después puede ser Pablo Casado o cualquiera de Ciudadanos. Porque como en Argentina, el aborto no lo prohíbe sólo un ministro o un gobierno sino todo un sistema político, económico e ideológico, la justicia de los jueces que protegen a políticos corruptos y a guardias civiles violadores, la Iglesia y el Vaticano. Por eso en nuestra lucha por este derecho nos enfrentamos a todo, en Argentina y en el mundo.
Con Gallardón resurgió un movimiento de mujeres masivo. Y en Argentina se muestra imparable.
Este 8A la postura de los pañuelos ‘celestes’ busca imponer su moral sobre los cuerpos y las vidas de millones de mujeres. Estos tienen voz no sólo en los sectores más reaccionarios, sino en sectores del peronismo kirchenrista; quienes cuando estaban en el gobierno y tenían la mayoría parlamentaria en ambas Cámaras, impidieron durante doce años -y su presidenta mujer, Cristina Kirchner- que el proyecto se tratara en el Congreso.
Hoy las mujeres argentinas muestran al mundo que no es efectivo esperar pasivamente que estos gobiernos concedan nuestros derechos. Que ningún Gobierno de este sistema nos va a regalar nada. Que todo lo conquistado ha sido arrancado e impuesto por la movilización y la organización. Y que es imperiosa la necesidad de la movilización independiente del Estado, la Iglesia y los partidos de los capitalistas para conquistar nuestros derechos.
El lenguaje de la marea verde argentina es el de la movilización que se extiende a los centros de estudio, de trabajo, a los barrios, despertando cada vez más apoyos y proponiéndose para este 8 de agosto el enorme desafío de multiplicar su fuerza para que sean millones en las calles. Porque está en juego nada menos que la vida de las mujeres. Por el derecho al aborto legal, libre y gratuito ¡Ni un paso atrás!