En una mañana lluviosa, arrancó la sesión en el Senado donde se debatirá si se aprueba o se rechaza la legalización del aborto que ya obtuvo media sanción en Diputados, el pasado 14 de junio. En aquella ocasión, por una diferencia de 4 votos, la cámara baja aprobó el proyecto presentado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto después de más de 20 horas de sesión. Esta vez, se espera que el debate sea más breve, teniendo en cuenta que el Senado cuenta sólo con 72 bancas.
Las primeras manifestantes no sólo tuvieron que soportar la adversidad de la lluvia matutina. Desde temprano llovieron también las declaraciones del presidente Mauricio Macri y de la gobernadora María Eugenia Vidal, que se pronunciaron en reiteradas ocasiones en contra del derecho de las mujeres.
El presidente posteó en su cuenta de Facebook que no "No importa el resultado, hoy ganará la democracia". ¿A quién no le importa el resultado? Millones de personas se manifestarán hoy en Congreso y en todo el país, porque sí les importa que no les arrebaten el resultado parcial que obtuvieron con su lucha y su manifestación, el pasado 14 de junio. Lo que puede decirse con total claridad es que si ese resultado es adverso, no habrá ganado la democracia. ¿Qué democracia es aquella en la que 37 senadores de provincias que, en total, representan a 16 millones y medio de habitantes, impongan que se mantenga el aborto clandestino, contra 31 senadores que representan a casi 22 millones de personas?
Mientras tanto, María Eugenia Vidal, que gobierna la provincia de Buenos Aires, donde sólo entre 2010 y 2016 hubo más de 2 mil internaciones en hospitales por abortos legales y es una de las provincias con mayor cantidad de abortos clandestinos, declaró que “si la ley no se vota, voy a estar más aliviada”.
Entretanto, se anotaron 64 oradores. Cada intervención debería rondar los 10 minutos, aunque ya los primeros senadores y senadoras se extendieron en el tiempo acordado. Después de comenzada la sesión presidida por Federico Pinedo, llegó la vicepresidenta Gabriela Michetti. Siete senadores que manifestaron estar en contra del derecho al aborto, no se anotaron para hablar en esta sesión. Cristina Kirchner, que llegó al recinto cerca de las 13:00 horas, cerrará las exposiciones de su bloque, cuando se acerque la medianoche.
¿Qué pasa si el Senado rechaza el proyecto que tiene media sanción de Diputados? En ese caso, hay quienes sostienen una interpretación del reglamento según la cual, con una mayoría de dos tercios, la cámara podría definir si se debate el proyecto interpuesto por el senador Perotti, del PJ santafesino o el de Lucila Crexell del Movimiento Popular Neuquino. Mientras el primero pretende establecer como ley los casos de aborto no punibles que ya hoy figuran en el Código Penal, la senadora neuquina manifestó que se abstendría y presentó otro proyecto alternativo de despenalización que ella misma presentó como "una solución intermedia", justificando su abstención. Pero por ahora, son todas especulaciones.
El proyecto de legalización impulsado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que cuenta con el apoyo multitudinario y militante de centenares de miles de personas en todo el país, podrá ser presentado en otro período parlamentario.
La Iglesia, sostenida económicamente por el Estado y recibiendo millones de las donaciones que hacen las grandes empresas, pusieron todos sus (¡nuestros!) recursos para garantizar que el aborto siga siendo clandestino en Argentina. Mientras tanto, en el mundo, las mujeres se manifiestan acompañando a este movimiento que surgió, esencialmente, desde abajo, en las escuelas y facultades, en las oficinas y los talleres, en los teatros y los hospitales, en las fábricas y en las calles. El Papa jugó fuerte, con los partidos tradicionales mayoritarios, para mantener a las mujeres condenadas a no poder decidir y a morir en abortos clandestinos. Pero no habrá dique para la marea verde que ya se mostró imparable. Porque como dicen las pibas, "Las calles son nuestras y se pronunciaron por el aborto legal YA". |