También un reducido grupo de miembros de las iglesias evangélicas vinculados al fujimorismo llegaron a las afueras de la embajada a manifestarse en contra de los derechos de las mujeres y por tanto en contra del aborto. Una vez más se puso de manifiesto el carácter conservador y retrogrado de este sector, que desde un tiempo atrás viene, a través de la calumniosa campaña denominada “con mis hijos no te metas, arremetiendo contra las luchas de las mujeres y de la diversidad sexual.
De esta manera, en el Perú, un país donde las cifras de violencia contra las mujeres son elevadas, también se sintió el impacto de la marea verde que conmocionó al mundo entero. Frente a esto, Zelma Guarino, representante de la agrupación de Mujeres Pan y Rosas Perú, manifestó:
La lucha que vienen dando las compañeras en Argentina es el motor para el movimiento de mujeres en América Latina y el resto del mundo, nos están enseñando que el único camino es la movilización y la organización y que nuestros derechos los vamos a conquistar si tomamos masivamente las calles. Hoy quienes aquí supuestamente defienden la vida se olvidaron de hacerlo cuando en el gobierno de Fujimori desaparecían estudiantes o esterilizaban a miles de mujeres en contra de su voluntad, hay mucha hipocresía, lo único que ellos defienden es que el aborto siga siendo clandestino y que por tanto miles de mujeres sigan muriendo todos los días.
Pese a que finalmente la votación en la reaccionaria cámara de senadores negó que el aborto sea ley, la lección que nos deja la lucha que ya empezamos a dar las mujeres no es de desmoralización, sino que nos deja más fuerzas de seguir movilizándonos y quedó bien demostrado que cada paso que damos en la conquista por nuestros más básicos y elementales derechos es sólo con la movilización y la lucha organizada desde las calles y contra del Estado.
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