Un gran revuelo generó una chocante imagen que viene circulando por las redes sociales, en la cual se ve a tres hinchas con discapacidad de Colo-Colo, totalmente bloqueados visualmente por el resto del público, que festeja un gol en el Estadio Monumental, manifestándose una enorme indignación.
Y no es para menos, ya que es una de las tantas problemáticas que hoy vive el deporte nacional, donde los empresarios del futbol ganan y se reparten millones, mientras se restringe el acceso al público, y esto en condiciones terriblemente precarias.
A través del medio Las Ultimas Noticias, Marcelo Delgado de 25 años, un hincha con discapacidad, se refirió a estas lamentables situaciones, que para él como para una serie de hinchas son pan de cada día, cada vez que quieren ir a ver un partido del Cacique.
Según Delgado “sólo pueden ver los goles cuando los repiten en las pantallas gigantes” manifestando también que última vez que pudo ver un gol de Colo Colo de principio a fin, fue en el año 2006, pero en el Estadio Nacional.
“La gente, por la emoción, no te ayudan, se olvidan” expresó también Delgad, frente al hecho ocurrido.
La privatización del deporte y la entretención también tiene carácter de clase
Sin embargo, no es de sorprenderse que ocurran estos hechos, es una de las tantas aristas de uno de los deportes que hacen correr mayor cantidad de dinero en el planeta, y donde la compra de jugadores como el brasilero Neymar, perfectamente llegan a sobrepasar los 200 millones de euros, mientras el sueldo mínimo de un trabajador chileno bordea los 276.000 pesos, o donde las paupérrimas condiciones en que se encuentran los hospitales públicos, junto en el indignante entorno en el que tiene que trabajar funcionarios y usuarios, se han perpetuado durante décadas.
Es la expresión del carácter de clase que tiene el deporte y el entretenimiento, donde familias deben desembolsar desde sus propios bolsillos el dinero para ir a alentar a su equipo favorito, y esto tomando en cuenta, que el futbol como un espectáculo históricamente familiar y popular, genera una importante suma, que va directo a la billetera de los gerentes, cuyos intereses están totalmente lejanos a lo que significa el deporte.
Es el Estado quien debiera garantizar la posibilidad de que miles de familias puedan acceder a este hermoso deporte, que producto del creciente interés económico que significa para decenas de empresas como Sodimac, Easy, Gatorade o la chapa de turno, no vela ni se preocupa por las mínimas condiciones, para que toda persona, sin discriminación pueda disfrutar de un espectáculo que despierta la pasión de miles, pero que horriblemente se ha vuelto oro y plata para los grandes magnates, que acumulan fortunas, promovidas por esta sociedad de mercado donde todo se define por el precio que se está dispuesto a pagar. |