En una carta en la que habla sobre su despido, Andreia cuenta que “Todos que me conocen en esta fábrica saben que no me quedo callada frente a tantas cosas equivocadas que ellos hacen, sea con el trabajador o con el alimento que producimos. Esa semana estábamos impulsando un petitorio en contra el cobro de nuestra comida, casi 200 trabajadores lo firmaron y yo estaba ayudando en ello. Por eso es que fui despedida, porque no quieren aceptar ni siquiera el mínimo que podemos hacer para defendernos. Ellos ya nos quitaron el dentista, encarecen el convenio, quitan también varias cosas de los beneficios ¿y quién dice algo es botado de su trabajo sin ningún derecho?”
La empresa JBS es una multinacional de origen brasileña de la rama alimenticia. Actúa sobre todo en el sector de carnes y lácteos, unos de los más importantes monopolios del sector. En Argentina la empresa adquirió la marca Swift y está presente en más de 22 países.
Entre el campo ganadero y la mesa del consumidor hay una larga cadena de explotación, muertes y accidentes de trabajo sobre sus casi 200 mil obreros en todo el mundo. Además de la contratación de mano de obra barata, JBS es reconocida también por la falta de respeto a los derechos laborales.
Con estrecha relación con los partidos del régimen, fue y sigue siendo una de las principales empresas que recibieron donaciones a través del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) por parte de los gobiernos de Lula y Dilma. No es casualidad que JBS haya donado recursos en la campaña electoral de 2014, beneficiando tanto a Dilma como a los candidatos opositores Aécio Neves y Marina Silva.
Reproducimos una entrevista realizada por el periódico Palavra Operaria de Brasil a Andreia Pires de Oliveira.
PO: ¿Cuál es la situación en la fábrica y de su demisión?
Antes de empezar con lo de mi demisión debo hablar de cómo JBS llegó en el segundo semestre de 2013. Llegaron y despidieron más de 100 trabajadores, siguiendo su sistema de reducir la mano de obra, donde había 5 operarios, quedaron 3. En mi caso, mi despido fue una manera de JBS mostrar que no respeta la CIPA (Comisión Interna de Prevención de Accidentes) y que no le importa ningún cuestionamiento, o sea, el trabajador no tiene voz.
PO: Contanos más sobre tu despido.
En mi caso, desde que llegó la JBS yo vengo cuestionando todos los ataques que han hecho, he sufrido persecución desde entonces. Cuestioné la quita del convenio odontológico y muchas otras cosas. Recibí suspensión y hasta me hicieron una oferta para mejorar de cargo, como una forma de callarme, pero no lo acepté. En el último día de trabajo del año pasado (2014) nos informaron que empezarían a cobrar la comida (R$28,22), lo cuestioné y como varios colegas sugirieron, hicimos un petitorio en contra del cobro.
PO: ¿Y cómo están los trabajadores?
Todos estaban bastante indignados con lo del cobro, por eso el petitorio tenía tantas firmas, como una manera de demostrar que queríamos mejorar las cosas. Esta fue la razón de mi despido, para aterrorizar a los demás. Ahora todos tienen miedo, cualquier cosa es motivo de suspensión y además están amenazando con el despido sin ningún derecho.
PO: ¿Y el sindicato?
El sindicato está ausente. Todos los intentos que he hecho para contactarme con ellos, solicitar su apoyo no tuvieron resultado. Desde que trabajo allí ellos nunca hicieron nada, ahora probaron que son unos omisos, que el obrero de la industria del sector de frío no puede contar con ellos.
PO: ¿Querés decir algo a nuestros lectores?
Somos miles de trabajadores de la industria de la carne en Brasil, una de las que más lucran, pero la real situación que vivimos nosotros los operarios en esa industria es desconocida, muy diferente de lo que nos enseñan en los anuncios de televisión. Aun así necesitamos tener el coraje de hacer las denuncias, unir fuerzas para que haya mejoras en las condiciones, desde el sueldo hasta la situación en las fábricas. No nos recusamos a trabajar, queremos condiciones dignas de trabajo. Por eso seguiré luchando con todos mis colegas de allí y de otras fábricas, junto con los que conocí en el “Movimento Nossa Classe”, seguiré luchando por mi readmisión. ¡Gracias! |