La historia de la caída de Tenochtitlán es larga, se comenzó a escribir desde el momento que las expediciones españolas se decidieron a evangelizar y así apropiarse de la recién nombrada Nueva España, se abrieron camino desde Veracruz hasta el centro de México tejiendo alianzas con los pueblos que vivían bajo el yugo mexica y masacrando a los pocos que desconfiaban de los hombres a caballo.
Cortés al lado de Marina (Malinche) inició la expedición a la ciudad de México con menos de 400 hombres europeos y a su paso se encontró en distintos pueblos a personas que se aglutinaban para ver a los hombres a caballo que habían llegado, “los hombres de donde sale el sol”, a los que recibían con regalos y alimento.
La alianza más importante que pactó Cortés fue con los tlaxcaltecas, un pueblo muy poderoso y grande que desde su arribo se subordinó a los deseos de la expedición española, con todo lo que esto implicaba, decidieron abrazar la religión de los colonizadores y poner sus recursos materiales y militares a su servicio con la promesa de ser liberados de la dominación mexica.
Los tlaxcaltecas temían a los mexicas y se esforzaron en convencer al capitán Hernán Cortés de que desistiera de ir a la gran ciudad pues ahí se encontraría con el poderoso ejército de Moctezuma pero Cortés ya había visto una pequeña parte de los tesoros que poseían los pueblos subordinados a los mexicas, Tenochtitlán debería de tener riquezas inimaginables para los saqueadores.
La expedición pasó por varios pueblos que aún se erigen como barrios en la actual Ciudad de México y su periferia, en las crónicas se mencionan lugares como Cholula, Huejotzingo, Chalco, Tlalmanalco, Chimalhuacán, Amecameca, Iztapalapa, Culhuacán, Xochimilco, Coyoacán, Azcapotzalco, Tlatelolco, Chapultepec, Tacuba, y más que quedan perdidos en las crónicas y en la incomprensión de los nombres de los pueblos por parte de los españoles.
Según Bernal Díaz del Castillo los hombres europeos quedaron impactados con la belleza del pueblo de Estapalapa (Iztapalapa), habla de una calzada muy derecha que atravesaba el pueblo e iba hacia Tenochtitlán y se abría paso ante edificaciones en medio del agua y de bastos jardines.
Cortés y sus hombres tardaron meses en llegar a México-Tenochtitlán pero cuando por fin llegaron llevaban en sus espaldas una masacre en Cholula que había atemorizado a Moctezuma y había forjado una poderosa alianza con distintos pueblos que tributaban a los mexicas, sin contar el oro y la plata que iban acumulando a su paso.
El encuentro
Moctezuma y Cortés se encuentran por primera vez el de 8 noviembre de 1519, debido al mal cálculo político que hizo el emperador y sus consejeros, intentaron convencer a Cortés y a Marina de que regresaran a San Juan de Ulua (Veracruz) y no volvieran, a cambio de eso los mexicas les darían incontables riquezas de oro, plata y telas a ellos y a su rey. Cortés ya había visto muy por encima la riqueza del pueblo de Tenochtitlán, estaba decidido a quedarse e “imponer la fe” de la corona a sangre y fuego.
La expedición española vivió durante varios meses bajo la hospitalidad de Tenochtitlan e incluso construyeron un templo en donde adoraban a su dios europeo. Como todo parásito, la expedición comenzó a causar conflictos entre los pueblos y se decidieron a tomar Tenochtitlán. Después de batallas y de haber hecho prisionero al emperador en su ciudad, Cortés y su expedición fueron expulsados.
Los europeos aglutinaron a sus aliados, los tlaxcaltecas y el pueblo de Texcoco, quienes fueron clave en el avance que derrocaría al imperio mexica y marcaría una nueva era. El capitán comprendió que la lucha tenía que darse en el agua y junto a sus aliados construyó 13 bergantines (pequeños barcos a vela) para asediar y pelear en contra de la resistencia mexica que comandaba Cuauhtémoc, elegido por los pueblos opositores a la invasión después de la muerte de Moctezuma.
El 2 de abril de 1521 un puñado de españoles y miles de guerreros indígenas comenzaron un terrible asedio a la ciudad de México-Tenochtitlán, cada día las tropas de Cuauhtémoc intentaban resistir contra un ejército más numeroso y con una tecnología militar más desarrollada.
Se relata sobre una batalla en donde los mexicas embarcaron 500 canoas con sus guerreros en contra de los 13 bergantines de los castilla. Los mexicas sufrieron una derrota aplastante y se replegaron de nuevo a su ciudad que moría de hambre y sed ya que los acueductos de Chapultepec, que transportaban agua potable a la ciudad, habían sido rotos por las tropas conquistadoras; ante estas condiciones Cuauhtémoc llamó a todos y todas los que pudieran sostener una piedra, un mazo o una lanza a luchar en contra de la invasión.
Ni los mexicas ni los españoles pensaron que el asedio duraría tanto tiempo, cuando entraron los españoles a la Ciudad, el 13 de agosto, se encontraron con una multitud de cadáveres y quienes permanecían con vida estaban en los huesos o enfermos, no conforme con esto la ciudad fue arrasada, los templos destruidos y quemados en busca del famoso oro que arrojó Cuauhtémoc a los ríos que rodeaban a la gran Tenochtitlán y que según los relatos nunca pudieron encontrar.
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La fundación de México-Tenochtitlán |