Con la planta cerrada por el fin de semana largo y frente al rumor de 30 despidos, los trabajadores cortaron la ruta 11 reclamando explicaciones. Finalmente la administración entregó una lista con 49 trabajadores que no podrán ingresar desde el martes. El ataque se da en simultáneo al anuncio de despidos en otras plantas del país: en Río Tercero los trabajadores resolvieron ocupar la fábrica y resistir el desalojo, se anunciaron 70 despidos allí. En la planta de Beltrán desde hacía meses que se rumoreaban nuevos ceses de contrato, que engrosarían la lista de los 36 trabajadores que quedaron en la calle en diciembre del año pasado. En Villa María se anunciaron 42 despidos.
Desde ATE denunciaron que entre las dos plantas cordobesas suman hoy algo más de 800 trabajadores y el 90% son contratados, desde hace años. Mientras que en Fray Luis Beltrán una enorme mayoría está contratada. Es que la situación laboral heredada del kirchnerismo le facilita la tarea a Macri: contratados al por mayor, sin estabilidad laboral.
Como en aquel caluroso día de diciembre, nuevamente tuvieron que ser los trabajadores los que leyeran la lista de sus compañeros despedidos. Entre llantos, desmayos y gritos, uno a uno fueron pronunciando los nombres de quienes quedaban afuera. Frente a esta situación de desesperación, la conducción sindical no propuso ninguna medida de lucha; varios fueron los cuestionamientos de trabajadores a la conducción de ATE Rosario por lo actuado desde diciembre a esta parte.
En asamblea y al caer la noche resolvieron colocar una carpa y el sábado por la mañana discutir con qué medidas continuar. En un escenario en el que los planes del gobierno y el FMI hunden en la crisis económica a millones, mientras despiden y suspenden, se hace más necesario que nunca unir las luchas. En Astillero Río Santiago los trabajadores resisten el vaciamiento y el cierre. Los docentes salen a las calles por el salario y los aceiteros enfrentan despidos y retiros voluntarios. No podemos permitir que la pelea termine como en diciembre, cuando todos los compañeros quedaron en la calle, para ganar hace falta unificar las peleas, golpear firmemente al gobierno y derrotar los planes de ajuste que pactó con el FMI. Hay que empezar a hacer como en Río Tercero: ocupación y unificar con la población, con movilizaciones masivas. El triunfo de los mineros de Río Turbio, que conquistaron la reincorporación de los 171 trabajadores despedidos, muestra que se puede ganar. Hay que rodear de solidaridad la lucha de los trabajadores de Fabricaciones Militares para derrotar los despidos. |
