El domingo 12 de agosto a las 17 horas entraba Elizabeth a la guardia del HZGA Belgrano, que falleció producto de una hemorragia producida por una interrupción voluntaria de un embarazo no deseado realizado en forma clandestina.
No habían pasado más de cuatro días en la Cámara de Senadores votaban contra el proyecto de ley del aborto legal, seguro y gratuito que contaba con media sanción de Diputado.
Elizabeth vivía en un barrio popular de José León Suarez, zona norte del gran Buenos Aires, y tenía un hijo de dos años. En el mismo lugar semanas atrás un cura villero había dicho que ahí no se abortaba.
En el playón del hospital, varios trabajadores y trabajadoras de la salud plantearon sus posiciones e inquietudes. "Hace años que no recibíamos un caso con perejil. La ilegalidad somete a las mujeres más pobres a las prácticas más desesperadas", comentaba un profesional. Así como que “que las mujeres siguen muriendo en forma clandestina desde siglos y es necesario que se caiga el patriarcado”. Se hizo énfasis en que el proyecto del derecho al aborto sea ley y la necesidad urgente de la separación de la iglesia del estado.
También participaron trabajadores y trabajadoras de la salud de los hospitales Moyano, Parroissien, Eva Peron y Bocalandro quienes repudiaron la muerte de la joven y denunciaron no solo el estado de los hospitales, sino que también responsabilizaron a la gobernadora Vidal por el protocolo y al presidente Macri por la crisis que no permite la compra de los medicamentos para interrumpir un embarazo.
Durante el transcurso de esta semana se confirmaron la muerte de dos mujeres porque les niegan la posibilidad de elegir sobre su cuerpo y poder abortar en condiciones sépticas, de manera legal, segura y gratuita. Nada cambiaron los que sostenían falsamente que hay que "salvar las dos vidas”.
Si bien estos hechos siempre existieron, hoy se visualizan gracias al gran movimiento de mujeres que impulsa en las calles esta y otras luchas. |