El 1º de agosto hubo más de un centenar de despidos en la empresa Edenor. Se sabe que fueron a partir de causas armadas por la propia empresa, acusándolos de haber alterado los medidores de sus hogares, algunos casos el de sus vecinos, echo que no fue constatado por escribano, ni tampoco se llevaron a cabo los mínimos procedimientos (como sacar fotos del medidor, tomar medidas de carga, comparación de carga, o cambiar el medidor obligatorio de hacer, en el caso de que el mismo estuviera alterado), es decir, solo la palabra de la empresa para dejar en la calle a los trabajadores y sus familias.
Lo tragicómico de esto es que la empresa acusa a los trabajadores de no ser guardianes de sus intereses, como un policía de la empresa que recorra su cuadra denunciando a sus vecinos.
En los testimonios de los trabajadores se expresa lo que viven a diario en las calles cuando deben ir a cortar el servicio, debido al brutal tarifazo contra el pueblo trabajador y los sectores populares, que hacen impagables las facturas.
“Es doloroso ir al barrio y que, cuando cortás el servicio, salgan los chicos a la vereda y te pregunten porque se apagó la tele”; “mirá si yo voy a denunciar a mi vecino, con todo lo que está pasando, con la inflación, los despidos, mínimo me tengo que poner en el lugar de él”, son algunas de las palabras de los trabajadores.
Como contracara, el Indec dio a conocer que en el mes de junio la economía se desplomó un 6,7 % con respecto al mismo mes del año pasado. De los 15 sectores económicos que releva el Indec, sólo hay seis que en junio no mostraron números negativos: minas y canteras (crece 4,9 %), intermediación financiera (4,6 %), electricidad gas y agua (4,3 %), actividad inmobiliaria (2,3 %) servicios sociales y de salud (1,7 %) y enseñanza (0,8 %).
Como vemos, las empresas de servicios públicos (como la luz, agua y gas) siguen aumentando sus millonarias ganancias, pero esto no es suficiente para ellos.
Lo llamativo es el rol que juega la dirección del sindicato Luz y Fuerza, que hasta ahora solo ha llamado a medidas aisladas, por fuera del horario de trabajo (6 de agosto). Pareciera que no quisiera enfrentar a Edenor afectando sus intereses.
Es notorio que detrás de los despidos hay una intencionalidad de la empresa por flexibilizar los puestos de trabajo con métodos como la polifuncionalidad y tercerización.
Años tras años vemos cómo la crisis energética aumenta y lo sufrimos los trabajadores, mientras los empresarios se llenan los bolsillos. La semana pasada el gobierno nacional anunció que empezará a exportar gas a Chile, otro negociado para sus intereses de clase.
Para realmente frenar los despidos, el gremio debe llamar a tomar medidas contundentes, con asambleas en todos los lugares de trabajo, donde se defina un plan de lucha ante esta arremetida de la empresa. Se exija la apertura de los libros de contabilidad, para saber qué se hizo con los millonarios subsidios que recibió Edenor hasta el día de hoy.
Unificar las luchas a nivel nacional, como la de los trabajadores de EPEC (Empresa Provincial de Energía de Córdoba) que días atrás protagonizaron una movilización de miles en las calles contra la privatización.
Los trabajadores estamos entrando a una carrera en donde son ellos o nosotros. Hemos vistos cómo los obreros del Astillero Río Santiago están en pie de guerra contra las medidas del gobierno de Vidal que quiere desmantelar el astillero. Pero se encontró con una resistencia, que recibió el apoyo y la solidaridad de los estudiantes universitarios, que también están en lucha contra el vaciamiento de la educación pública.
Hay cientos de escuelas de la Provincia de Buenos Aires que siguen sin clases, miles de docentes que junto a madres y padres de la comunidad educativa, están protagonizando acciones en respuesta a la crisis de infraestructura.
El 8A miles de mujeres se movilizaron a lo largo y ancho del país por sus derechos, demostrando que la lucha se da en las calles. Ese día los senadores y la Iglesia oscurantista dejaron al descubierto su relación carnal.
Por todo esto, no podemos esperar al 2019. Hay 2018. Hoy más que nunca debemos pelear por la estatización de todo el sistema energético, bajo control de sus trabajadores y comisiones de usuarios populares. Basta de destinar millones al pago de la deuda pública, ilegal y fraudulenta. Plata para educación y salud. |