La corporación mediática Globo y el Poder Judicial siguen unidos detrás de los objetivos golpistas. Al igual que en el golpe institucional que tiró el gobierno de Dilma, para profundizar y acelerar los ataques que el PT venía llevando a cabo, el veto arbitrario a la candidatura de Lula está siendo garantizado por la justicia y legitimado por la Red Globo, que no le dará espacio al PT en el ciclo de entrevistas electorales que lleva a cabo diariamente con los candidatos presidenciales.
La Red Globo es vocera de las clases dominantes, interesadas en la continuidad del golpe. Todos claman por un gobierno que apruebe rápidamente la reforma previsional y otros ataques, para que los trabajadores brasileños trabajen hasta la muerte. Parte de ello es garantizar que el próximo presidente le de continuidad al golpe y siga garantizando un ritmo acelerado de profundos ataques que buscan explotar cada vez más la fuerza de trabajo brasileña, implementando por completo la reforma laboral y la tercerización irrestricta.
Por otro lado, la operación judicial Lava Jato, el Ministerio Público, la Corte Suprema, el Tribunal Superior Electoral y toda la corporación judicial siguen fortaleciéndose como árbitros de la situación política y ahora de las elecciones. Cada nueva medida que reafirma el veto a la candidatura de Lula es una nueva medida que atenta contra el derecho democrático elemental del pueblo de decidir a quién va a votar.
Así garantizan el ahogamiento de una mínima expresión de la voluntad popular en estas elecciones.
Estos jueces ganan salarios que alcanzan los 100.000 reales por mes. Acumulan privilegios y se enriquecen aún más con los adicionales por vivienda que cobran sobre su sueldo. Además, esta casta que no fue elegida por nadie y tiene cargos vitalicios, decide ella misma sus propios aumentos salariales.
Por su parte, la Red Globo juega con la opinión pública para ayudar al Poder Judicial a triunfar. Esto no es novedoso, porque todos los años la corporación mediática hace propaganda para sus candidatos de derecha, en general para el neoliberal PSDB. Lo sigue haciendo cuando le da repercusión a los casos de corrupción que le conviene y se calla ante los que involucran a sus políticos preferidos. Disfruta además de enormes exenciones fiscales y está acusada de evasión impositiva, estafando las arcas públicas. Todo esto para ser vocera de los intereses imperialistas.
Estamos ante un proceso electoral extremadamente antidemocrático. Si bien es necesario repudiar esta maniobra y garantizar que los brasileños puedan votar al candidato que quieran, también hay que ser claros sobre las expectativas de que el PT pueda ser una alternativa.
Hay que recordar que fue el PT quien gobernó con la derecha, abriendo camino al golpe institucional y a todo lo que ocurre hoy en el país. También atacaron a los trabajadores, reduciendo el derecho al seguro desempleo, comenzando la entrega de Petrobrás y recortando presupuesto educativo. Se aliaron con la bancada evangelista negando el derecho al aborto de las mujeres brasileñas a cambio de apoyo parlamentario, siendo cómplices de la muerte de miles por abortos clandestinos. Por eso es necesario construir una alternativa que supere al PT por izquierda. Para ello hay que defender de manera intransigente el derecho democrático del pueblo brasileño a decidir a quién votar y combatir la prisión arbitraria y sin pruebas de Lula, contra la Red Globo y el poder judicial golpista.
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