Después de meses de conflicto en el subte, la conducción kirchnerista de la AGTSyP, encabezada por “Beto” Pianelli y Néstor Segovia, firmó un escandaloso acuerdo a espaldas de los trabajadores.
Sin consultarle a la base, sin mandato alguno de asamblea, firmaron las actas que pedían el macrismo y el coimero Roggio de la empresa Metrovías.
No solo no modificaron el acuerdo salarial de la UTA (que es de 25,5 % en cuotas cuando la inflación se dispara este año a más del 40 % a medida que sube el dólar), ni lograron retrotraer las sanciones antisindicales e intentos de despidos, sino que además lo firmado implica un retroceso de décadas en la organización sindical de los trabajadores del subte.
No extraña este proceder por parte de quienes son parte de la conducción de la CTA, que viene de acordar otro gran retroceso en telefónicos, y convocó a un paro para el 24 y 25 de septiembre, cuando falta un largo mes y en el medio los trabajadores sufren la crisis.
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En el artículo 4, el acta sobre el derecho a huelga establece que “la AGTSyP se compromete a no adoptar medidas de acción directa ante cualquier conflicto que se pueda suscitar o se genere, sin el previo procedimiento que a continuación se indica”.
Dicho procedimiento queda establecido en el artículo 5, donde se reconoce una limitación enorme al derecho a huelga: “Los conflictos que puedan suscitarse entre las partes serán motivo de reuniones por el plazo de quince días. Encontrándose las partes obligadas a negociar de buena fe, concurriendo a todas las reuniones que a tales efectos se convoquen, intercambiando información y realizando todos los esfuerzos máximos a fin de arribar a un entendimiento. Los temas objeto de este procedimiento previo, incluyen por ejemplo sanciones disciplinarias que impliquen desvinculación del personal afectado”.
Sin embargo, hay más restricciones aún al derecho a huelga! El artículo 6 dice que “si en dicho lapso no fueran resueltos los conflictos originados, y en forma previa a tomar cualquier medida de fuerza la representación sindical deberá preavisar en forma fehaciente con una antelación no menor a cinco días la medida a adoptar”.
Pero la entrega no termina ahí. La conducción de AGTSyP firmó aún más restricciones al derecho a huelga. En el artículo 7 el acta establece que “en el supuesto que las partes hayan cumplido con las obligaciones precedentes y la falta de resolución del conflicto determine la adopción de medidas de acción directa por parte de la AGTSyP, ésta ejercerá las mismas en el marco de la normativa vigente, evitando en lo que esté a su alcance, que la circulación de los trenes se vea impedida por obstaculización en las vías, andenes o cabinas”.
Dicho de otro modo: la empresa privatizada Metrovías del coimero Roggio y el macrismo pueden decretar cualquier ataque contra los trabajadores, como despidos, pero la AGTSyP se compromete a no luchar por 20 días, y en caso de hacerlo después de ese período, a renunciar a algunos de sus métodos de lucha históricos con los cuales hace cerca de 15 años se consiguieron las conquistas claves de los trabajadores del subte como la jornada laboral de 6 horas, los grandes aumentos salariales o acabar con la tercerización.
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Ante esto, Claudio Dellecarbonara, miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP por la oposición, afirmó que “hace años que venimos denunciando el retroceso que la conducción mayoritaria le impuso a nuestro sindicato, que implicó un debilitamiento de nuestra organización para defender nuestros derechos. Pero esto es un salto escandaloso. En momentos en los que los trabajadores necesitamos fortalecer nuestros gremios para enfrentar el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores, ellos firman a espaldas de los trabajadores enormes restricciones al derecho a huelga. Para peor, lo acuerdan con un Gobierno debilitado y una empresa que confesó el pago de coimas. Los trabajadores tenemos mucha más fuerza que eso: llamamos a realizar asambleas para rechazar el acta firmada, hasta que caiga, y que se reinicie nuestro plan de lucha, por salario, contra las sanciones, por la personería gremial, y para ser parte de la lucha de todo el pueblo trabajador contra la catástrofe económica que nos quieren hacer pagar a nosotros”.
A continuación, las actas firmadas que implican los retrocesos en el derecho a huelga:
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