Las redes sociales estallaron el martes y los seguidores de Trump llamaron a un boicot contra Nike tras conocerse el nuevo rostro elegido por la marca para sus publicidades, el exjugador de fútbol americano Colin Kaepernick.
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Kaepernick, que se hizo conocido por haber reivindicado la lucha de la comunidad afroamericana contra la brutalidad policial, organizada en torno a la consigna Black Lives Matter (las vidas de los negros importan), ya había sido cuestionado por Donald Trump en el pasado. Detrás del escándalo desatado esta semana se encuentra el racismo institucional estadounidense que hoy llega directamente de la mano del presidente, pero también la búsqueda de la marca de indumentaria de oxigenar su imagen en torno a causas progresistas.
El exjugador se convirtió en una figura de la lucha antiracista cuando en 2016 decidió permanecer con una rodilla en el piso mientras se entonaba el himno nacional en los estadios, como forma de protesta contra el asesinato de afroamericano a manos de la policía.
En ese momento Trump publicó una serie de tuits en defensa del "himno" y cuestionando a Kaepernick por "antipatriota". Esto generó una ola de repudio hacia el exjugador por parte de los seguidores de Trump que prendieron fuego camisetas con su nombre y presionaron a la NFL para que obligue a los jugadores a estar de pie durante el himno y para que ningún equipo vuelva a contratar a Kaepernick.
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En la publicidad lanzada por Nike el martes se puede ver al exjugador en primer plano con una frase impresa que dice "Cree en algo, incluso si eso significa sacrificar todo. #JustDoIt".
Apenas se conoció el anuncio, los seguidores de Trump lanzaron una campaña de boicot contra la empresa en redes sociales, mostrando como quemaban productos de Nike.
En este contexto y en una jornada de pérdidas generalizadas, las acciones de Nike lideraron un mal martes en Wall Street y sus acciones bajaron cerca de un 3% a media jornada.
Trump aprovechó el momento y este miércoles publicó en su cuenta de twitter, sin ofrecer pruebas, que "la ira y los boicots están matando totalmente" a la firma deportiva. Asimismo, siguió cargando contra los jugadores de la NFL por sus protestas contra las injusticias raciales y sociales.
Detrás del escándalo desatado por la elección de Kaepernick para la campaña de Nike, está el profundo racismo de la sociedad estadounidense, que si bien siempre fue un asunto de estado, Trump ha exacerbado hasta el extremo entre sus seguidores.
Trump está en plena campaña electoral para lograr retener en las elecciones de medio término la mayoría republicana en ambas cámaras del parlamento. Tiene a su favor la buena coyuntura económica y utiliza su retórica de odio (tanto contra otros países como contra los que considera sus enemigos internos), para lograr mantener y cohesionar a la base electoral que lo llevó al poder dos años atrás.
Sin embargo no está asegurado que lo pueda lograr, y el fantasma de un impeachment lo acecha, tanto por la intromisión rusa en la campaña presidencial de 2016 como por las irregularidades de su financiamiento y los pagos a sus examantes para que no hablaran durante las elecciones.
En este escenario, el presidente utiliza cualquier oportunidad que se presente para desviar las miradas sobre su figura y de paso "conectar" con sus electores. La campaña de Nike le llegó del cielo para reafirmar otra vez su patrioterismo del "América First".
Sin embargo esta "guerra" es también utilizada por Nike a su favor. Expertos en marketing creen que el reconocimiento de marca generado por los anuncios será exitoso en el largo plazo, pese a los llamados de boicot en las redes sociales.
Nike busca oxigenar su imagen buscando una mirada progresista, y antagonizar con Trump es la mejor publicidad.
La empresa de indumentaria viene de presentar otra publicidad de alto impacto en México bajo la consigna "Es nuestro momento, movamos la ciudad", en la que conecta con el movimiento de mujeres y sus reivindicaciones.
Los esfuerzos por aparecer como una empresa abanderada de las causas sociales busca dejar atrás años de denuncias por la utilización de trabajo esclavo o semiesclavo, de mujeres y niños y niñas en talleres clandestinos de las más variadas latitudes del mundo.
Por otro lado busca recuperar un mercado entre una porción creciente de personas que ya no están dispuestas a comprarle a una marca que cosifica a las mujeres o discrimina a los afroamericanos. Se adapta, a su manera, a los tiempos que corren.
No es que se trate de la única empresa sino que por el contrario es una práctica habitual en todas las compañias de indumentaria textil. Lo que entendió Nike es que a fuerza de publicidad y marketing puede ganar millones en todo el mundo, apropiándose de las reivindicaciones de los movimientos sociales, mientras lleva adelante prácticas antisindicales y avasalla derechos laborales entre aquellos y aquellas que jamas podrán comprar sus productos. |