Los datos del pasado mes de agosto, nos demuestran dramáticamente, como la tan “vendida” recuperación económica solo afecta a las elites económicas del país. Las capas más bajas, en especial la clase trabajadora, sigue “cargando sobre sus espaldas” las consecuencias más trágicas de la Crisis económica. Los datos son demoledores. Este agosto pasado el paro subió 47.047 personas, el mayor incremento en ese mes desde 2011, y se destruyeron 202.996 puestos de trabajo, según los datos publicados este martes por el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. Así, el número de desempleados registrados en las oficinas de los servicios públicos de empleo (antiguo Inem) se sitúa en 3.182.068 y la afiliación media alcanza ya los 18.839.814 cotizantes.
El mes deja el dato más dramático de todos. El pasado viernes 31 fue el día con más despidos de la historia del Estado español. Ese día más de 363.017 personas perdieron su trabajo. Cada hora 15.125 trabajadores y trabajadoras perdieron su puesto de trabajo.
Las reformas laborales siguen destruyendo y precarizando el empleo
La mayoría de la prensa y los analistas económicos justifican esta gran subida en que agosto suele ser históricamente un mes malo para el empleo, debido al fin de los contratos de verano. Esto en parte, es verdad, ya que es en la hostelería y en educación donde más ha subido el desempleo.
Sin embargo este dato no puede esconder una realidad más fuerte y trágica. El verdadero motivo de este aumento espectacular del paro, son las últimas reformas laborales, realizadas tanto por el PP como con el PSOE. Estas han dado “vía libre” a la patronal para prácticamente el “despido libre” y han llevado al mercado laboral español ha ser uno de los mas precarizados de Europa.
Sin duda la más perjudicial para la clase trabajadora fue la aprobada por el gobierno de Rajoy en 2011. Esta amplio las causas del despido, bajo la indemnización del mismo, generalizo la contratación temporal y por lo tanto precaria y un largo etc. de medidas contra los trabajadores. Tras más de 7 años desde la aprobación de la misma las consecuencias para la clase trabajadora del Estado español siguen siendo desastrosas.
Según un informe de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) el mercado laboral español es el segundo, tras Polonia, en el que más se usan las formas atípicas de empleo, como contratos temporales, a tiempo parcial o a través de agencia. Además más de medio millón de personas, especialmente jóvenes, han sido expulsadas del mercado laboral, obligándoles a ir a buscarse un futuro a otros países. Con esto el mercado laboral español es uno de los más precarizados y con mayor paro juvenil del mundo. Los trabajadores y trabajadores cada vez son menos y cobran también menos, lo que pone en peligro las pensiones del futuro, ya que como, por desgracia, se suele decir últimamente, “esta generación va a ser la primera que va a vivir peor que sus padres”.
Continuismo del PSOE y pasividad de la Burocracia Sindical
Ante esta dramática situación, poco podemos esperar del nuevo gobierno de Pedro Sánchez. El PSOE que ha vuelto al poder, es el mismo partido que durante los 6 años de gobierno de Zapatero aprobó varias reformas laborales que abrieron el camino al abaratamiento del despido y la precariedad laboral hoy imperante.
Además las últimas declaraciones del Presidente del Gobierno dejan claro, que no tienen intención, como prometió en la oposición, de derogar la devastadora reforma laboral de Rajoy, sino solo retocar algunos aspectos parciales de la misma.
Esta decisión cuenta con el aval de la “traidora” y “acomodada” burocracia sindical de UGT y CCOO burocracia sindical de UGT y CCOO.
Esta, siguiendo la política de inacción, cuando no de colaboración directa, que llevan manteniendo en los últimos años, acepta esta medida como un mal menor. Además negocian una subida salarial de miseria (un 2%) que en ningún caso compensa todo el poder adquisitivo perdido por la clase trabajadora en estos años de crisis económica, más de un 10%.
Organización, lucha y programa obrero para hacer frente a estos ataques
Frente a todo esto solo podemos confiar en la fuerza de nuestra clase para evitar que las consecuencias de la crisis sigan golpeando sobre nuestras espaldas. Esto no lo van hacer ni los supuestos partidos de “izquierdas” que se acomodan en el poder, ni la traidora burocracia sindical.
Solo organizaciones independientes de la clase trabajadora pueden hacer frente a estas ataques, levantando un programa que resuelva las necesidades de las grandes mayorías. Este debe contener medidas como repartir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles sin afectar el salario junto a la reducción de la jornada laboral, por ejemplo, a 6 horas junto a un tope de una semana laboral de 5 días. Esto permitiría la creación de cientos de miles de puestos de trabajo en todos los sectores poniendo un freno a la explotación patronal. |