En la quinta semana del paro docente, la Universidad Nacional de Tucumán tuvo jornadas con asambleas en casi todas las facultades. Estas instancias democráticas, surgidas de manera autoconvoada por fuera de los centros de estudiantes, sirvieron para extender la organización y movilización estudiantil. Pero no todos apuesta a que esto se desarrolle. La Franja Morada, símbolo de la burocracia estudiantil, protagonizó un nuevo acto de boicot a la autoorganización estudiantil.
Facultad de Ciencias Económicas. Un aula chica con puertas cerradas. La militancia de la Franja Morada pidiendo DNI y pasando lista con un padrón. “Dame el documento”, exige un chico de remera morada. Al responder que no lo teníamos nos dice que no podíamos pasar si no le decíamos el DNI. Quienes habíamos ido hasta allí para transmitir las resoluciones y experiencias de otras facultadas, e invitar a la asamblea interestudiantil, fuimos echados. Para completar, usaron la excusa torpe fue que cerrarían la puerta por el aire acondicionado.
En una asamblea realizada el martes 4 que incluyó a todas las facultades de la Quinta Agronómica, se denunció el boicot de la Federación Universitaria de Tucumán, dirigida por la Franja Morada. Con argumentos sacados del arsenal de Cambiemos, intentan demonizar a los docentes para atacar el paro, además de evitar que la autoorganización estudiantil. Los militantes de la Franja Morada, presentes, guardaron silencio.
En la última asamblea de la Facultad de Artes participó Carlos Melián, obrero molinero que contó que empezó la carrera de Ingeniería y tuvo que dejar la universidad por el duro trabajo en la fábrica. Su intervención, en el marco del cierre del molino Cañuelas, fue un puntapié para repensar la unidad obrero-estudiantil. Nos preguntamos si la Franja Morada también le hubiera pedido DNI para entrar. Mientras tanto, la Franja Morada sigue siendo la correa de transmisión del ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores, que deja a miles fuera de la universidad. |
