Foto: DyN
Junto al gobernador se encontraban los presidentes de las Cámaras de Senadores y Diputados Gabriel Mariotto y Horacio Gonzalez, respectivamente; la mayoría de los senadores y diputados; varios intendentes, entre ellos Hugo Curto (Tres de Febrero), Fernando Espinoza (La Matanza), Pablo Bruera (La Plata); el diputado nacional Julián Domínguez, el presidente de la Suprema Corte bonaerense Daniel Soria, la procuradora general provincial María del Carmen Falbo y el ex gobernador Felipe Solá, entre otros.
Con los palcos teñidos de naranja el gobernador inició su discurso saludando a la comunidad educativa en el inicio de clases y agradeciendo a los gremios docentes por aceptar la propuesta salarial ofrecida en paritarias. En el mismo sentido saludó a los trabajadores públicos “de peronista a peronistas” y sostuvo que con 360 paritarias cerradas durante su gestión, se habían mejorado las condiciones de trabajo.
Sin embargo los trabajadores vienen denunciado salarios de hambre y el presupuesto para salud y educación votados para este año están muy por debajo de la inflación, a pesar del deterioro de la infraestructura conocido por cualquier trabajador que vaya a los hospitales públicos o mande a sus hijos a las escuelas bonaerenses.
Por eso en el mismo momento miles de docentes y estatales bonaerenses, que rechazaron la oferta salarial por estar muy por debajo de la canasta familiar, se encontraban afuera del palacio legislativo en medio de una jornada provincial de paro y movilización.
Scioli anunció que el próximo 2 de abril termina la Emergencia en Seguridad y que no se va a prorrogar ya que los objetivos por los cuales se había iniciado la polémica medida estaban cumplidos. Estos no son otros que haber dejado una provincia inundada de policías, con mas de 92 mil agentes y con una nueva fuerza como las policías locales, que como han denunciado hasta el CELS, sólo han logrado el incremento de los casos de gatillo fácil y mayor represión en los barrios más pobres y dándole más poder a quienes manejan el “gran delito” en la provincia.
Entre los “logros” de su gestión, el gobernador señaló el primer parque solar de la provincia y su compromiso de luchar contra el cambio climático que, sostuvo, trajo consecuencias terribles como las que se vieron recientemente en Córdoba, Chubut, Río Negro y destacó las obras que se llevaron adelante en la ciudad de La Plata junto con el intendente Pablo Bruera, pero nada dijo sobre que las mismas fueron recién a partir de que la trágica inundación del 2 y 3 de abril del 2013, donde miles de vecinos perdieron todo y hubo 89 víctimas fatales, dejó al desnudo los desastres de la especulación inmobiliaria.
En las áreas de Salud, Educación y Obras, el gobernador fue destacando logros que son fácilmente contrastables para el pueblo trabajador bonaerense. Todo parece andar de maravillas si se lo mira con gafas naranjas y Scioli hasta se animó a decir que mientras Cristina anunciaba ayer la intención de duplicar los parques industriales en el país, en nuestra provincia ya los duplicamos y vamos camino a triplicarlos.
Con fuerte tono presidencial el discurso estuvo llenos de gestos políticos: destacando al vice gobernador Gabriel Mariotto y su “capacidad de autocrítica” y honestidad intelectual, resaltando el proyecto de avanzar con la autarquía del Poder Judicial, mencionando sus vínculos desde “el Papa Francisco a Mujica” y sosteniendo la necesidad de "continuar con las políticas de derechos humanos", cuando apenas ayer escuchaba el discurso de la presidente en el mismo palco que el genocida Milani
En ese sentido Scioli cerró con sus clásicas frases de campaña, “lo mejor está por venir”, “el futuro no es volver a una receta anterior, eso es el pasado” y “con más fe y esperanza que nunca en la provincia y en el futuro de la Argentina”. Y recordando el abrazo entre el general Perón y Balbin, llamó a radicales y peronistas a poner por delante “al pueblo argentino”.
Al salir del recinto el diputado bonaerense del Frente de Izquierda Christian Castillo señaló que “el gobernador hizo un discurso de campaña, dirigido en gran medida al frente interno. Pero lo cierto es que Scioli parece vivir en otra provincia. Habla como si hoy los docentes y estatales no hubieran marchado reclamando por su salario y como si la salud pública no tuviera carencia de infraestructura e insumos y bajísimos salarios para médicos y enfermeros. De la vivienda no pudo decir palabra, por fuera de las menciones al plan PROCREAR, ya que hay un millón doscientas mil familias en emergencia habitacional mientras el presupuesto 2015 sólo proyecta construir 7.000."
"Por otro lado -continuó Castillo- es toda una confesión de parte presentar como gran logro de su gestión el incremento del poder de fuego de La Bonaerense, caracterizada por el gatillo fácil y el manejo del ‘gran delito’ en la provincia. En siete años lo único que han hecho es llenar de policías la provincia. En cada lucha obrera estuvieron del lado de los empresarios, como ocurrió en Lear. Como candidato presidencial Scioli junto a Macri y Massa son parte de un nuevo consenso derechista buscado por las clases dominantes." |