La Federación de Camioneros firmó, en los últimos días de junio, un acuerdo paritario que entre porcentajes y adicionales sumaba 25%. Fue el primer gremio en llegar a esa cifra, cuando el gobierno insistía con una inflación del 15 a 20%. El acuerdo incluía una cláusula de revisión.
Pero pasaron cosas. “Hoy la crisis económica y social en Argentina es preocupante y las proyecciones oficiales admiten que la inflación rondará el 42% con una recesión del 2,4%”, asegura el comunicado de la Federación que dirigen los Moyano.
Luego de describir ese panorama, asegura que el gremio “dando cumplimiento a la cláusula de revisión firmada con la Cámara Empresarial, solicitará de manera urgente la reapertura de paritarias, motivo por el cual Camioneros ya se encuentra en estado de alerta y movilización, anticipando un deterioro productivo, laboral y social más profundo que el previsto que afecta fuertemente a los trabajadores”.
El diagnóstico es cierto. Los acuerdos de 25% que se han firmado en las últimas semanas, aunque superiores a los aumentos de 15% firmados en marzo, siguen quedando lejos de la inflación real. El deterioro del salario ya se empieza a sentir. Y “lo peor está por venir” reconoce hasta el gobierno.
El tema es si Camioneros efectivamente está dispuesto a impulsar medidas contra el golpe al salario o es un mensaje para sacudir la agenda político sindical tras conocerse la reunión que tendrán esta semana el Triunvirato con el nuevo “ministro” de Trabajo, Dante Sica.
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