Según el investigador Grégoire Chamayou del CNRS de Francia en La Teoría del Dron, editado en 14 idiomas, el pensador judeo alemán Walter Benjamin dedicó una reflexión a las primeras imaginaciones sobre los drones.
Era común en los años treinta que los pensadores militares, antes de la Segunda Guerra, elucubraran sobre los nuevos artefactos de combate. Unos de ellos eran aviones radiocomandados, aviones fantasmas para liquidar en la guerra a los principales enemigos.
Ahí Walter Benjamin, explica, se desprenden dos naturalezas esenciales de la tecnología. Existen dos técnicas. El texto en el que aborda la cuestión es, obviamente, la obra de arte en la época de la reproductibilidad técnica.
Tecnología primera, tecnología segunda
Dice Walter Benjamin que existen dos tipos de tecnología “La primera implica al hombre en todo lo posible; la segunda, lo menos posible. El éxito de la primera, si se puede decir, supone el sacrificio humano, el de la segunda se anunciaría en el avión sin piloto dirigido a distancia por ondas hertzianas” este párrafo, por simple que parezca encierra una compleja visión de la tecnología. En la segunda tecnología describe la prehistoria del dron: un vehículo dirigido a la distancia, aéreo, no tripulado.
La tecnología primera es aquella que hace que el hombre mismo pueda hacerlo todo. Por ejemplo: los aviones. Ahí el cuerpo del hombre, real, el sujeto hace algo imposible sino es por medio de un objeto técnico: el avión.
El auto es una tecnología primera: ahí el hombre sujeto tiene un objeto técnico, máquina que le permite desplazarse. Todos los objetos técnicos, como las máquinas, son objetos de un primer tipo tecnológico que es una implicación del hombre en todo lo posible: las maquilas en las fábricas, los autos, los aviones que se amoldan al cuerpo.
La tecnología segunda es la que existe para que el hombre participe lo menos posible en la actividad. Es más está hecha para separar al sujeto de la actividad. El sujeto, hombre real, no participa realmente: comanda la actividad. Es decir es aquella que está hecha para que el hombre no se tenga que preocupar por hacer realmente las cosas. La realidad virtual, los drones. El segundo caso, los drones, son un ejemplo de este tipo de naturaleza: están hechos para que el sujeto no imponga realmente la muerte.
La separación de la naturaleza
Según un texto del seminario de tecnología filosófica de la UNAM, sobre la primera y segunda técnicas. La Primera técnica que es primitiva y mágica dice “de una vez por todas”, quizás pensando la obra de arte como clausura de su origen. La Segunda técnica como “una vez no es ninguna”, pensando la obra de arte en su actualización mediante el experimento y la variación de los datos de los intentos. La primera quiere dominar la naturaleza. La segunda asume la separación y comprende la interacción entre naturaleza y humanidad.”
La segunda tecnología es la que asume la separación real, ni más ni menos, de la naturaleza.
La tecnología nos hará libres. Marx y el fragmento sobre las máquinas
Como señalamos en otro texto Karl Marx también se fascinó, obviamente, por las máquinas y pensó que la tecnología abría nuevos paradigmas. No era, definitivamente un ludita, pensaba que la emancipación del trabajo asalariado estaba relacionado con el control de la técnica capitalista y del general intellect.
El aumento de la potencia productiva social de toda la humanidad y con ello de la riqueza general total (privada a unos cuantos capitalistas) debería permitir “reducir por entero el tiempo de trabajo y transportarnos al paso de un individuo real y enteramente nuevo y dejemos de ser un instrumento”. No será posible una sociedad sin clases sin la socialización de lo producido por el general intelellect total del planeta.
La tecnología nos hará libres, siempre y cuando la expropien sus trabajadores y la socialicen como instrumento, como medio de producción y así busquemos resolver las necesidades sociales humanas y del planeta y con ello la tecnología deje de estar al servicio de la ganancia capitalista. |