Apenas entra uno al barrio de Laferrere (uno de los más poblados de La Matanza) por la Ruta 21 se pueden ver carteles hechos a mano al costado del camino “compro batería usadas de auto o camión $ 200”.
Los carteles son nuevos, siempre hubo mercado para la chatarra, pero a partir de la devaluación de hace unas semanas las materias primas aumentaron su valor y comenzaron a ser más solicitadas.
El cobre es el que más cotiza, casi $ 140 x kilo. Después lo sigue el bronce a $ 90 y el aluminio a $ 50. Casi veinte cuadras más adelante por la ruta 21 esta la estación “Eva Duarte” frente de la misma una f-100 estacionada exhibe su mercadería, bolsas de 25k de papas, el cartel que las promociona dice “$ 140 la bolsa” más abajo hay otro “cambio bolsa de papa por batería de auto”.
Sobre la misma ruta hay un tinglado enorme de media cuadra de extensión. Los carros de los cartoneros hacen fila para pesar y vender su mercadería en los galpones de compra y venta de papel: los precios van de 10 a 50 pesos por kilo según lo que tengan, se puede ver a gente de todas las edades haciendo fila para vender lo que pudo encontrar en la basura, adultos, niños, mayores, familias enteras salen a recolectar para poder sobrevivir.
Muchos de ellos se quejan de que hay poco cartón “los de las cooperativa pasan antes y se lo llevan en camión” me dice un hombre de la fila. La figura del mal llamado “ciruja” fue reciclada en el 2001 como cartonero y actualmente como recuperador urbano, muchas de las cooperativas que se ocupan de esa tarea son las encuadradas dentro de la CTEP, el aceleramiento de la crisis y la devaluación produjo que toda una nueva tanda de población sea empujada a realizar esa tarea, quedando chico el “sindicato” frente a la nueva realidad.
Otro fenómeno que es grande en La Matanza y en particular en Laferrere es el truque. Entre las 13 y las 17 h el centro de Lafe se convierte en una de las mayores cedes del truque en el municipio. La calle “Víctor Andrade” (paralela a la avenida principal “Luro”) baja sus persianas a la hora de la siesta y sus veredas vacías son ocupadas por cientos de personas, la mayoría mujeres, que aprovechan para “trocar” lo que tienen.
A diferencia del 2001 el club del truque ahora es por facebook, hay grupos que llegan a tener más de mil miembros, el intercambio se organiza por ahí y se va al lugar para concretarlo. Hablando con María, una de las participantes me comentó “acá somos cada vez más, pero esta vez ya aprendimos, no vamos a esperar estar hechos flecos como en el 2001 para salir a rebuscarla. Yo arranque hace un año ya, un par de zapatillas viejas, un destornillador, lo que me sobre lo troco acá, hoy me llevo un litro de aceite, un café y una harina”. Son muchas las personas que ponen su manta para ofrecer lo que tienen.
Ana es otra de las mujeres que salió a trocar en la calle “la mayoría de nosotras somos mujeres que tenemos familias a cargo, no podemos quedarnos de brazos cruzados, pero ojo” me dice antes de darle una chupada al cigarrillo “esto no arranco con Macri, ya antes veníamos mal, la diferencia es que ahora somos muchas más” remato.
En un municipio donde gobierna el PJ hace más de 30 años no naturalizar la precariedad y la pobreza es un desafío diario. Mientras tanto desde el peronismo anhelan que ya sea 2019, las grandes mayorías ya pagan los costos sociales del saqueo, que ellos pretenden contener con migajas. |