En 1981, los Clash compusieron y grabaron casi la totalidad de un disco con una cantante solista que está oculto en su propia historia ¿Qué tiene que ver con el hit “Should I Stay or Should I Go” que suena en la propaganda de Pantene?
Aunque es un tema que suena casi seguro en el bloque de rock de cualquier fiesta aún en la actualidad, el tema “Should I Stay or Should I Go” –compuesto y cantado por el guitarrista Mick Jones- vuelve a sonar con la fuerza de un hit todos los días en las pantallas de la televisión argentina: es la cortina de una publicidad del champú Pantene protagonizada por la “estrellita pop” Tini Stoessel (que porta una guitarra y simula rasguear el conocido riff del tema mientras sonríe empalagosamente) y repetida hasta el cansancio en las tandas de TV abierta.
Con su contagioso y rockero riff de guitarra, “Should I Stay or Should I Go” parece un éxito de todos los tiempos y aunque fue un hit desde el principio, tuvo un boom una década más tarde. Incluso el principal simple de aquel último disco de The Clash con la banda completa antes de su separación (Combat Rock de 1982) había sido el otro clásico, “Rock the Casbah” que tiene otra peculiaridad: la música fue compuesta en su totalidad por el baterista Topper Headon, un gran músico de muy variadas influencias incluyendo en jazz; la letra fue escrita en menos de una hora por Joe Strummer, que se encontró con un temazo cuando Topper la ejecutó al piano.
Fue justamente una publicidad –otra vez- la que hizo famosa mundialmente a “Should I Stay or Should I Go”: en 1991, la marca de jeans Levi´s pidió autorización para su uso en un comercial y fue un boom, llegando un tema de The Clash por primera vez al primer lugar de los ránkings en el Reino Unido.
“¿Debo irme o quedarme?”
El disco Combat Rock fue grabado en un momento en el que la química entre los Clash estaba muy deteriorada, sobre todo en la dupla compositiva principal que conformaban Joe Strummer (voz principal y guitarra rítmica) y Mick Jones (voz y primera guitarra). El interrogante del tema (“¿Debo irme o quedarme?”) parece hablar del futuro de Mick en la banda, que –por si hubieran faltado motivos de malestar - estaba bastante cabreado con los coros en un flojísimo castellano que metió Strummer junto al cantante yanqui Joe Ely (con frases inexplicables como “tengo frío por los ojos”, “yo me enfrío o lo soplo” o “si me voy va a haber peligro”). Sin embargo es sobradamente conocida la historia de que la canción fue compuesta para su pareja del momento: la actriz y cantante norteamericana Ellen Foley.
Ellen había sido parte del elenco del musical Hair tanto en el teatro (nada menos que en Broadway) como en la película de 1979 y mientras atravesaba la crisis de pareja con Mick Jones (que terminaron resolviendo con una separación) se disponía a filmar un papel en Tootsie, famosa comedia de 1982 protagonizada por Dustin Hoffman.
Como cantante tuvo un papel destacado en algunos álbumes de Meat Loaf antes de colaborar en varias ocasiones en discos de los Clash, particularmente en Sandinista! de 1980. Donde más brilla la voz de Foley es en la melodiosa “Hitsville UK” de ese disco.
Para cuando The Clash graba Combat Rock, las cosas también estaban mal entre Mick y Ellen Foley (pese a lo cual ella mete coros en “Car Jamming”) y le inspira “Should I Stay or Should I Go” al guitarrista: el muchacho expresa el sentimiento de que la relación se extingue.
Evidentemente Mick Jones quedó tan dolido con la separación, que encima casi coincidiría con su posterior “despido” de The Clash, que Ellen Foley casi está borrada de la historiografía oficial de la banda (que en general nunca se caracterizó por reconocerles roles muy relevantes a sus parejas, digamos todo). Pero sobre todo está prácticamente oculto adrede un disco completo compuesto casi en su totalidad por The Clash: el misterioso y olvidado Spirit of St. Louis de Ellen Foley.
¿Un disco oculto de The Clash?
Después de haber grabado Sandinista (en 1980, un LP triple), los Clash no sólo estuvieron de gira. Todavía estaban en un buen momento creativo como grupo y en 1981 se dispusieron a componer una considerable cantidad de temas para un álbum solista de la entonces novia de Mick, Ellen Foley. Como define el autor Pat Gilbert en su libro La verdadera historia de The Clash (que se puede leer completo y muy bien traducido en el altamente recomendable perfil de Facebook Clashland y en su correspondiente blog), “El material, publicado por CBS al año siguiente, es un disco de los Clash, salvo por el nombre y la cantante. (…) los Clash tocaron todas las bases. Siete de las trece canciones son creaciones de Strummer y Jones, incluida las superlativas “The Shuttered Palace” y “The Death of the Psychoanalyst of Salvador Dali”. En retrospectiva, ambas hubieran quedado mucho mejor en Sandinista!”.
El punto de vista de Pat Gilbert es bastante acertado: en las composiciones se nota claramente la impronta de The Clash tanto musicalmente (el estilo inconfundible de Mick Jones en melodías como la de “Torchlight”) como en lo que a inquietudes artísticas respecta (un tema titulado “La muerte del psicoanalista de Salvador Dalí” es evidentemente producto del universo Joe Strummer).
Igualmente nada de esto debe restarle mérito a la propia Ellen Foley: después de todo es SU disco, estuvo concebido para ella, son sus arreglos e interpretaciones y ella compone “Phases of Travel”, uno de los mejores temas del LP. Pero es un disco que debería ocupar algún lugar en la disco e historiografía de The Clash.
Del disco participan también Tymon Dogg (violinista y amigo inseparable de Strummer) y la banda de músicos que acompañaban a Ian Dury, los Blockheads.
Más de 35 años después, tanto Mick Jones como Ellen Foley se toman un poco a la risa aquel turbulento final de relación, que tuvo como subproducto el olvido del disco Spirit of St. Louis y el éxito monumental de “Should I Stay or Should I Go”, hoy por hoy el tema de los Clash más conocido en el mundo y con la impactante cifra de más de 220 millones de reproducciones en Spotify y 46 millones en Youtube (sumando sólo dos videos oficiales del tema). Ella se anima a tocarla en vivo: “Parece que esta es una canción sobre mí y hoy se las voy a cantar”, la presenta en complicidad con el público.
Él es capaz de compartirla con esa gigante sonrisa de dientes torcidos hasta en un acto escolar… Total, aquel trago amargo al final se transformó en el mayor éxito que compuso en su larga y prolífica carrera musical.