“Se está desarrollando todo de forma pacífica. Mucho respeto, mucha solidaridad entre nosotros porque somos todos de la clase trabajadora. Para nada hay violencia, es absolutamente mentira”.
Las declaraciones pertenecen a una trabajadora del área de Economía de la Provincia de Buenos Aires. Fueron realizadas durante la permanencia pacífica de trabajadoras y trabajadores del Astillero Río Santiago en la sede ministerial de La Plata. Además, las cámaras captaron a los obreros limpiando, con una prolijidad insólita, antes de retirarse.
Sin embargo, funcionarios del gobierno y medios oficialistas insisten en que fue una toma violenta y que los obreros generaron destrozos. Siguen lanzando una campaña mentirosa para intentar desprestigiar a 3300 familias que solo quieren trabajar, cobrar un sueldo digno y mantener el Astillero 100% estatal.
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Acusaciones sin sustento
Este miércoles los diarios La Nación, El Día y otros difundieron declaraciones del titular de Economía de Vidal, Hernán Lacunza, y un video de dudosa procedencia acusando a los obreros de haber generado destrozos y suciedad durante la permanencia en el Ministerio.
El video mezcla cosas inocentes como cartelitos colocados sobre un escritorio con algunas cosas rotas: un vidrio, unos centímetros levantados de mampostería de una baranda, algunas baldosas sueltas, una silla que tranquilamente puede haberse hundido cuando alguien se sentó y un par de cosas más.
A pesar de que hay cámaras en el Ministerio y un profuso material fílmico trasmitido en vivo en la página de Facebook “Todos somos Astilleros”, Lacunza no pudo hallar una sola imagen de un trabajador o trabajadora generando personalmente los supuestos destrozos. A esto se suman las rebatidas de los propios empleados de la cartera y el comunicado de la Junta Interna de ARBA en el cual desmienten que hayan ocurrido hechos violentos.
Horror: obreros “abren puertas” y “toman agua”
La campaña oficial asume ribetes casi cómicos. Llorisqueando por la medida de lucha que doblegó la voluntad de funcionarios ciegos, sordos y mudos ante los reclamos populares, Lacunza señala a La Nación que los trabajadores “abrieron puertas”. Cosa realmente terrible. Seguramente también osaron subir escalones, pararse en el piso y sentarse en sillas, manga de atrevidos.
Lacunza también dice que “intervinieron computadoras” y, aunque no estamos seguros, pensamos que se refiere a esta intervención artística:
El diario El Día lleva las cosas a un plano más surreal y además de inventar que se robaron un proyector, indica que “tomaron el agua y hasta consumieron la yerba que encontraron”. Horror: obreros se hidratan y toman mate ¡cómo se atreven! ¡desgraciados!
Parece que a esta gente le molesta que los obreros respiren, sobre todo si se les ocurre respirar mientras luchan combativamente contra un gobierno que solo tiene para ofrecer despidos, tarifazos, ajuste y una larga lista de plagas contra el pueblo. |