Costa Rica vivió este miércoles una nueva movilización multitudinaria en la que cientos de miles de personas salieron a las calles contra el plan de Reforma Fiscal impuesta por el gobierno de Carlos Alvarado, a pedido del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Trabajadores y estudiantes colmaron las calles de San José, la capital, en una marcha aún más grande que la de la última semana, incluso cuando el gobierno tuvo una política de evitar que los autobuses de las distintas zonas del interior del país pudieran llegar a la capital.
Incluso con esta maniobra y con el rumor de que podría haber represión a los manifestantes, cientos de miles de personas mostraron su disposición a enfrentar esta reforma.
La movilización que tiene lugar cuando se cumple la tercer semana de huelga general convocada por los sindicatos puede tener el efecto de modificar el clima político que se instaló la semana pasada con la “negociación” llamada por el gobierno y que por el momento quedó congelada.
Si bien el gobierno apostó todo a la perspectiva de una negociación con las direcciones sindicales, esos encuentros no produjeron ningún acuerdo aún, en medio del secreto que mantienen ambas partes sobre los temas a tratar. Las negociaciones se han hecho con la mediación de la Iglesia Católica y del Frente Amplio, ambos emitieron criterios sobre la necesidad de un diálogo en paz social, para aminorar el impacto de la huelga en el país.
Por el contrario esta multitudinaria movilización, a pesar del hostigamiento del gobierno y del intento de llevar todo a la vía muerta de una mesa de diálogo, demuestra que existen fuerzas para derrotar la Reforma Fiscal fortaleciendo aún más la huelga.
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