Un día después del contundente paro nacional y de la renuncia de Luis Caputo a la presidencia del Banco Central, llegó el turno de Rogelio Frigerio para defender el presupuesto de ajuste en Diputados.
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La exposición del ministro transcurría a la espera del anuncio del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que sería conocido horas más tarde. Sin embargo, Frigerio se encargó de aclarar que no habría “ninguna modificación en el Presupuesto producto del nuevo acuerdo con el FMI”, que según dijo “elimina incertidumbres respecto del financiamiento futuro de la Argentina”.
El ministro, pieza clave para lograr los votos necesarios a través de la negociación con los gobernadores peronistas, volvió a ratificar el camino que prevé el proyecto de mayores ataques y recortes a la salud, educación, trabajo y vivienda (entre otros), a costa del incremento de los pagos de deuda pública para que sigan ganando los especuladores.
La letra chica del ajuste
Mientras Frigerio se encargó de defender las pautas y proyecciones presentadas en el proyecto de presupuesto, con números ficticios que estiman una inflación anual del 23 % (cuando en 2018 superará los 45 puntos) y un dólar a $ 40,1, distintos sectores de la oposición peronista cuestionaron aspectos parciales de lo planteado por el oficialismo.
Marco Lavagna (Frente Renovador) y Diego Bossio (Bloque Justicialista) solicitaron al ministro que brinde detalles acerca de la negociación con las provincias y además pidieron la presencia del nuevo presidente del BCRA, Guido Sandleris, para tener “precisión” sobre la política económica y la política fiscal. “Creemos que es importante que venga el presidente del Banco Central”, insistieron, hundiendo el dedo en la llaga ante la reciente renuncia de Luis Caputo.
El pedido, también fue respaldado por Agustín Rossi. El jefe de la bancada del FpV-PJ señaló: “Ustedes se han encargado de decir que la política anti inflacionaria la fija el Banco Central. Entonces, ¿el nuevo presidente va a confirmar la tasa que fijó el viejo o la va a aumentar?”. En otro momento de su intervención y con un tono excesivamente moderado afirmó: “Siento que debatimos acá pero las cosas pasan afuera. Respetuosamente, creo que se deberían llevar este Presupuesto a la Casa Rosada, rearmarlo sobre bases ciertas y realistas para que lo debatamos”.
Otro de los cruces en el debate fue el que protagonizó el exgobernador sanjuanino José Luis Gioja, quien entre otras cosas se refirió a la eliminación del Fondo Sojero y las transferencias a las provincias por parte del Ejecutivo nacional. “Desde hace 2 años y medio nosotros transferimos recursos a las provincias”, retrucó Frigerio y detalló que se transfirieron a las provincias 136 mil millones de pesos, contraponiéndolos con los 26 mil millones que representa el Fondo Federal Sojero (FoFeSo). Hay que agregar que el ex gobernador sanjuanino respaldó el esquema del menemismo que implicaba transferir servicios a las provincias (educación, salud, etc.) sin los correspondientes fondos. Un esquema creado en los años 90’ que el kirchnerismo criticó verbalmente pero dejó casi intacto.
La discusión sobre los recursos para las provincias es un aspecto fundamental para el objetivo del Gobierno, y Frigerio es una suerte de as de espadas para la negociación con los mandatarios provinciales, en busca de conseguir los votos necesarios para la aprobación. De hecho, según información trascendida, tras la exposición el ministro mantendría una reunión con los jefes de bloque del PJ en ambas cámaras, Miguel Ángel Pichetto y Pablo Kosiner junto al jefe del bloque macrista, Nicolás Massot y al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, con el fin de apurar el proyecto y ultimar los detalles que hagan falta.
Es que mientras Macri baila en Nueva York y junto a Dujovne se arrastran a los pies de Lagarde, el presupuesto se cocina en el Congreso con un pacto entre oficialismo y opositores, a espaldas de las mayorías que pagarán la fiesta de los especuladores, mientras algunos sectores lo critican pero se dedican a discutir la letra chica del ajuste
Paro y movilización contra el presupuesto de ajuste
Las únicas voces que cuestionaron y rechazaron de plano el presupuesto de ajuste y de entrega que pretende el Gobierno y el FMI fueron los diputados del Frente de Izquierda. Romina del Plá y Nicolás del Caño manifestaron su repudio a la deuda ilegítima, ilegal y fraudulenta y la idea del “déficit cero” que lo único que busca es un recorte enorme de fondos públicos para garantizar el pago de intereses de la deuda, estipulados en casi 600.000 millones de pesos.
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El diputado del PTS-FIT aseguró: “Nosotros planteamos lo que significa el pago de intereses de deuda, la paritaria de los especuladores. Hay que repudiar y dejar de pagar una deuda ilegal, ilegitima y fraudulenta. Desde la dictadura a esta parte se han pagado 546.000 millones de dólares, todos los gobiernos pagaron una deuda ilegitima. Y debemos, al día de hoy, alrededor de 350.000 millones de dólares. Esos recursos tienen que ser destinados a los intereses del pueblo trabajador”.
Del Caño insistió en que “el 75% de la población rechazan el acuerdo con el FMI” y aseguró que “hay que desarrollar una movilización y paro general contundente el día que se vote el presupuesto 2019”.
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Los diputados de la izquierda, además, volvieron a denunciar las amenazas fascistas que vienen recibiendo por parte de sectores reaccionarios y agradecieron la solidaridad recibida. El presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, el oficialista Luciano Laspina, también se pronunció verbalmente en contra de las amenazas.
El anuncio realizado durante la tarde de este miércoles entre Dujovne y Lagarde, la ampliación del crédito Stand By que significa tomar más deuda para seguir pagando deuda, y el cambio en la política monetaria anunciado por el nuevo presidente del Banco Central, no son más que la reafirmación por parte del Gobierno del rumbo de ajuste a la medida del Fondo Monetario. No se trata de pedirle al Gobierno “que modifique el rumbo de su política económica” ni de debatir la letra chica del ajuste, sino de enfrentarlo con la movilización en las calles por parte de la clase trabajadora y los sectores populares que sufren el saqueo. La enorme contundencia que mostró el paro del martes 25 dejó una conclusión para esa tarea: las fuerzas están. |