Las elecciones brasileñas están sumamente tensionadas, en un contexto de golpe institucional realizado por Temer, donde gracias al apoyo de los empresarios, las fuerzas armadas y la derecha, se continúa un proceso profundamente antidemocrático, como con el veto arbitrario de la candidatura de Lula, quien tiene casi el 40% de las intenciones de votos, pese a que se encuentra en prisión.
En un marco de tensionamiento general en Brasil, el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro, se ha ganado el odio de cientos de personas, gracias a su férrea defensa de un programa de esclavización de los trabajadores, al capital extranjero; e incluso planteando una nueva Constituyente escrita por “notables”, sin la participación de los “elegidos por el pueblo”. Además sus dichos contra mujeres, negras y negros, personas LGBTs e indígenas, su apoyo a leyes como la reforma de la previsión y la reforma laboral, e instigar el odio contra la izquierda y los trabajadores que luchan por sus derechos; han ido acompañando esta política reaccionaria siendo parte del golpismo que quiere impedir al pueblo que vote a quien quiera.
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Particularmente el movimiento de mujeres, que ha tomado fuerza en Argentina, en Chile y a nivel internacional, lo ha dejado claro: el 49% no le dará su voto a Bolsonaro. Y esto no solo se a expresado en estudios y encuestas, también en redes sociales, con la creación del grupo de Facebook "mujeres unidas contra Bolsonaro" que a día de hoy reúne a más de 2 millones de mujeres, y cuya intención manifiesta es saltar de las redes sociales a la calle y demostrar públicamente su repudio contra el reaccionario Bolsonaro, estando hecho el llamado a movilizarse contra el candidato este 29 de septiembre.
Ante esta situación el PT y mujeres que van de candidatas a la vicepresidencia como Kátia Abreu y Ana Amelia, hacen demagogia con discursos de incluir a las mujeres en el poder, mientras buscan transar con la derecha o simplemente tienen intereses empresariales, que proponen ataques al pueblo trabajador, las mujeres y la juventud. Esto, ya que las mujeres representan el 52% del electorado en Brasil, y en el último tiempo han demostrado que tienen la fuerza que puede hacer temblar al gobierno, en la lucha por sus derechos, y ahora que si nos ven, los sectores que nunca han levantado las demandas de las mujeres salen a plantearse como el mal menor que será “inclusivo” con los problemas de género.
Una alternativa anticapitalista en medio de la crisis
Desde el Movimiento Revolucionario de los trabajadores (MRT) se han levantado candidaturas anticapitalistas al medio de estas elecciones manipuladas: Marcello Pablito, Maíra Machado y Diana Assunção, son candidatas a diputadas, por el Movimiento Revolucionario de los trabajadores (MRT) en San Pablo. Y en Minas Gerais se presenta, Flavia Valle, candidata a diputada estadual por el MRT en MG.
Estas candidaturas anticapitalista del MRT apoyadas por Pan y Rosas Brasil, luchan para construir una alternativa que apueste en la movilización independiente a los partidos tradicionales del régimen, de las mujeres, de los trabajadores, de la juventud y de los negros contra ese golpismo y la extrema derecha, donde se hace necesario contraponerse a ese avance del autoritarismo judicial y militar, defendiendo una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, por la retirada de la intervención federal en Río de Janeiro y por justicia para Marielle. Esto en perspectiva de construir una fuerza que pueda superar al PT por izquierda, confiando nada más que en la fuerza de la movilización, levantando este 29 de septiembre grandes jornadas de protesta, que trasciendan las elecciones y luche para que los capitalistas paguen por la crisis.
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