La estigmatización de los migrantes con el narcotráfico, que impulsa el Gobierno, arremetió contra la hoja de coca al estado natural y teniendo preso a un ciudadano argentino llamado José Zurita.
José Luis es un joven argentino, estudiante de tercer año de la carrera de ingeniería civil de la Universidad Nacional de La Plata, hijo de bolivianos, bailarín de caporales Cruz del Sur. Desde el 25 de agosto se encuentra preso en la cárcel federal de máxima seguridad de Marcos Paz. Lo imputaron por un delito en el que la ley excluye la tipicidad del mismo. Imputado por tenencia de hojas de coca al estado natural, para comercialización en el puesto de la feria donde trabaja su madre y familia, con motivo de la festividad de la Virgen de Copacabana y Urkupiña que son dos de las festividades más importantes de la comunidad boliviana de La Plata.
Hoy se encuentra procesado, con prisión preventiva y le niegan la excarcelación por un delito inexistente.
La hoja de coca forma parte de las prácticas culturales milenarias y ritualistas de los pueblos originarios andinos. La ley 23.737, en su artículo 15, autoriza “la tenencia de hojas de coca en su estado natural, destinado a la práctica del coqueo o a su empleo como infusión, no será considerada tenencia de estupefacientes”. Entonces la constitución argentina reconoce los derechos de los pueblos originarios de diferentes comunidades y etnias, sus derechos culturales, sus derechos humanos, para que puedan tomar decisiones en sus elecciones y prácticas.
Como era de esperarse, el caso llenó de indignación a toda la comunidad migrante y desató una fuerte campaña de solidaridad con el joven.
“Es símbolo del desprecio a los pueblos preexistentes”
Nilda, referente de pueblos originarios y de mujeres del abya yala, comenta sobre el significado cultural y ritualístico de la hoja de coca. “La cultura tiene que ver con la identidad de nuestros pueblos, con la cosmovisión, con la esencia de la vida, del ser y del estar, tiene que ver con la dignidad de nuestra existencia, con nuestros propios valores, con nuestras luchas, esas resistencias constantes que tuvieron nuestros pueblos para vivir y sobrevivir, en todo el abya yala y tawantinsuyu”.
“Es así que la madre coca tiene que ver con toda esa esencia del ser y estar, es mucho más importante de lo que pensamos tiene que ver como muchos jóvenes dicen con la patria grande, el rescatar a la coca tiene que ver con la historia oculta con el saqueo con el genocidio, con todo lo que comparte nuestro pueblo y eso que no nos enseñan en ningún nivel de la enseñanza oficial”, agregó Nilda.
“Todo esto que a nuestros hermanos se los persiga ni siquiera son inmigrantes, en todo caso todos y todas somos migrantes, porque no estamos en un solo lugar, tenemos mucho que ver en la hermandad de los que están perseguidos, esto de la patria grande está garantizado por nuestra historia oculta de saqueo, de la cultura, de la ritualidad se desprende todo, de la alimentación, el trabajo”, sostuvo Nilda.
La mujer volvió a agregar que “nuestra gente, nuestros pueblos a lo largo de este tiempo de saqueo e invasión siempre han tomado como importancia la tierra y territorio porque eso tiene que ver con la vida, lo primero es la vida y quien nos da la vida, la pachamama, la ñuque mapu y en esa vida es para todos, volviendo a rescatar la mama coca tiene que ver con lo visible y lo invisible, con la espiritualidad de nuestros pueblos, lo que a nosotros nos une más allá de la xenofobia que ejercen estos gobiernos, es la resistencia cultural o revolución cultural como la que se da en Bolivia”.
Sobre lo que afirma nuestra propia constitución Nilda recuerda que: “en la propia constitución argentina declara la preexistencia de los pueblos originarios, entonces dice que más bien los gobiernos tienen que ayudar o proteger, la cultura de nuestros pueblos en la salud, educación, ceremonias rituales donde siempre está presente nuestra mama coca, también dice de la tierra que ocupan pero el saqueo en el día de hoy sigue vigente, en este saqueo y resistencia tenemos este gran símbolo que es la sagrada hoja de coca “.
Acerca de la demonización de la hoja de coca, Nilda comentó que “a la hoja de coca se la demonizó, a través de los rituales y todo lo que practicaban nuestros abuelos y todo se catalogaba de acuerdo a la visión occidental racista y xenófoba, pero después cuando vieron que la consumían a la hoja y tenían más fuerza de trabajo y atenuaba el cansancio y sueño, en ese sentido cambió desde el visto bueno del papado, cuando no les convenía era un demonio, cuando les convenía para esclavizar a la gente en las minas no era así, ahí se la respetaba. Y depende de la situación se la volvía a demonizar. Como por ejemplo recordar la persecución de los cocaleros en el Chapare Bolivia y la DEA, un organismo de Estados Unidos, que estaba a la cabeza del narcotráfico mandaba y comandaba desde Bolivia entiendo sus oficinas dentro de la propia casa de gobierno, eso antes del gobierno de Evo Morales”.
“En la ciudad de La Plata siempre hubo resistencia cultural, aunque los medios no le den visibilización o el sistema educativo. Tiene que ver con la transmisión oral y con las festividades que nuestra gente realiza. Siempre las comunidades buscamos encontrarnos por nuestras comidas, rasgos, en el inconsciente hay una memoria ancestral milenaria que hace que determinados gustos los busquemos, saboreemos. La hoja de coca no escapa a eso, más en los mayores, lo identitario, la cosmovisión ancestral nos lleva a que este presente la hoja de coca, no solo en las fiestas, en los momentos de dolor, de lucha está presente”, afirmó Nilda refiriéndose a la resistencia de las culturas en las grandes urbes.
“La demonización de la hoja de coca es símbolo del desprecio que se tiene a todos los pueblos preexistentes de abya yala. Se demuestra en discriminación y racismo. Años atrás a Mora Sandi, con raíces de Bolivia, tenía un negocio y lo metieron preso, hizo huelga de días, un caso inédito. Hay que trabajar en la descolonización y una lucha más fuerte contra el racismo y xenofobia”, afirmó Nilda recordando un caso similar.
“Eso ya se notaba cuando el gobierno actual años atrás desató una persecución en el Parque Indoamericano, la mentalidad de individualismo, saqueo, invasión, de todo para mí, de mentir, tiene que ver con el DNU 70/2017, no hay necesidad ni urgencia”, finalmente agregó.
“La persecución se da en todos los sentidos”
Gabriela Amaya es una estudiante de la UNLP y también joven militante estudiantil. Además de ser compañera del grupo de danzas Caporales, donde también baila José Luis, comentó que “a José lo conocí en el grupo de danzas en la festividad de Luján, en los ensayos, es un buen compañero, pudimos hablar y debatir mucho sobre el aborto, dimos muchas opiniones buenas, como compañero de danzas como todos nuestros compañeros, es buen bailarín, respetuoso, cálido”.
“De la hoja de coca, culturalmente mis padres, en especial mamá que viene de Bolivia, me enseñó a usarla como algo medicinal, para los dolores, dolores articulares, no lo veo con ojos malos, ésa cultura pasa de generación en generación. Me pasó de curar a mi hijo con hojas de coca y alcohol para el dolor, es algo que respeto y aprendo”, sostuvo Gabriela.
“Las fiestas acá en La Plata se hacen por las vírgenes y santos, con mucho significado para todos, costumbres que me traspasó mi mama. Acá en La Plata es importante, siempre se hacen y son las fiestas más esperadas para nosotros en agosto”, afirmó Gabriela sobre las famosas fiestas de la comunidad boliviana residente en La Plata.
Sobre los usos de la hoja de coca al estado natural comenta que la mayoría de sus familiares “la usan, la mastican, ayuda a no tener sueño, en las fiestas he conocido compañeros míos de la facultad que usan la hoja de coca para estudiar, se levantan temprano y estudian y les ayuda a no tener sueño, vienen a nuestras fiestas no solamente por la fiesta sino para comprar para no tener sueño y usos medicinales, para té, etc. Es muy bueno yo nunca le vi el lado malo”.
“El gobierno actual está muy mal con la migración, de entrada planteó y no cumplieron con muchas cosas. La persecución se da en todos los sentidos. Con este gobierno estamos muy mal, con la persecución en general, están arrasando con lo racial, más que persecución se está haciendo una mala costumbre, este gobierno no está bien y tenemos que juntarnos más y hacer más visible todo, rompiendo el cerco de los medios y hacer escuchar nuestras voces que son otras, con este caso de José está demostrado todo esto”, sostuvo Gabriela refiriéndose a las políticas del macrismo para con la migración.
“Muchos obreros de la construcción masticando coca en las obras”
Alberto Calani es referente de Árbol Originario La Plata (Asociación de Residentes Bolivianos en esta ciudad), obrero de origen boliviano. Poniéndose al tanto de este caso comentó que “la hoja en el mundo andino tiene un significado religioso sagrado. Tiene que ver con sus ritualidades y mitologías, en la cultura precolombina la coca se usaba para actos rituales, ch’allar la pachamama, dar la ofrenda, esto se ha ido extendiendo como práctica cultural de pueblos milenarios, hasta nuestros días se enraizó en nosotros contemporáneos, no solo con lo ancestral tiene que ver sino con lo actual también”.
“Muchos compañeros obreros, trabajadores en la actualidad del campo, fabricas, también asimilaron esta práctica cultural para soportar toda la explotación capitalista porque la coca te permite rendir en el trabajo manual esforzado rendir en lo máximo, repercute en nuestra cotidianidad, no son solos los bolivianos, peruanos los que pijchan la coca, son también jujeños, salteños, etc.; es parte cultural y para resistir las formas de explotación que impone el sistema sobre nuestro mundo andino. Yo soy obrero de la construcción y veo muchos compañeros trabajando en las obras masticando esta hoja de coca”, sostuvo Alberto.
Sobre el caso de José y el tratamiento de la noticia por los medios de comunicación, el obrero afirmó que “él es hijo de bolivianos y los medios de comunicación reproducen una información estigmatizándolo como el boliviano, marcando la cuestión de estereotipos del color de la piel, aquel que nace en la argentina con otro tono de piel no es considerado argentino, puede ser peruano, boliviano, a lo sumo podrá ser del norte, de Salta o Jujuy, esta es otra forma de negación de los medios de comunicación”.
Sobre la criminalización de la hoja de coca comentó que “la cuestión milenaria trasciende hasta nuestra contemporaneidad porque es una práctica cultural, en el caso de José tenía la coca fraccionada, como se celebraba la festividad de la Virgen de Urkupiña, los andinos suelen comercializar esto para los diferentes usos ritualisticos y de consumo, a mí me pasa cuando llego del trabajo extenuado de trabajar diez horas, yo tengo todo el cuerpo destrozado cansado, necesito leer, estudiar, tengo que recurrir a mascar coca para poder seguir despierto, es jodido cuando el obrero quiere progresar y tenés que recurrir a estas prácticas, y encima no es delito y hoy la ley te pena, se ha criminalizado esta práctica, ¿Cómo puede ser que una práctica cultural sea criminalizada?”
“Las festividades andinas, sin coca y sin chica no son fiesta, esos dos elementos no pueden faltar en una festividad andina, forman parte de las ritualidades con lo que el andino encara su mundo, vuelvo a la idea de criminalizar la cultura, la hoja de coca en un determinado momento y país fue símbolo de la unidad y de lucha, ha sido penalizada por Estados Unidos, en su estado natural la hoja de coca no es ningún estupefaciente peligroso”, agregó Alberto.
“Desde que asumió Macri se ha incrementado una persecución al migrante andino proveniente de Bolivia y Perú, el discurso con pretexto es combatir al narcotráfico, discurso cortina de humo, la población argentina lo compra, mucha gente pensara que metiéndolo preso a Zurita está combatiendo el narcotráfico, está demostrado que no, esto es un contrasentido de las autoridades que lo tienen preso a este muchacho, con el DNU puso en el ojo de la tormenta a los migrantes, con esto intentan criminalizar la migración y todo su colectivo, esto tiene que ver con el discurso que difunden del migrante deseado y no deseado, finalizó Alberto. |