www.laizquierdadiario.cl / Ver online
La Izquierda Diario
30 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Tribuna Abierta
El aula de la cultura

La relación entre "Literatura y género“: Un desafío constante en el oficio y labor de las escritoras chilenas.

Link: https://www.laizquierdadiario.cl/EL-AULA-DE-LA-CULTURA-115099

El pasado martes 21 de Agosto de 218, en la Sociedad de Escritores de Chile, ubicada en Almirante Simpson 7, comuna de Providencia, Santiago, en un acto sencillo e íntimo, se inició con el lema “No hay barrera, cerradura, ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”, (Virginia Wolf), el primer Ciclo de Mesas Redondas y Debates, sobre el tema: “Mujer y Literatura“. La convocatoria y organización estuvo a cargo de la Comisión de Cultura de la SECH y coordinaron el evento, las escritoras, miembros del Directorio de la SECH: Isabel Gómez ( Vicepresidenta) y Carmen Berenguer (Directora). Inauguraron el ciclo, que tendrá una frecuencia mensual, con sus lecturas de poemas y ponencias, las escritoras: Margarita Bustos, Kemy Oyarzún y Malú Urriola.

Iniciativas, como estas, forman parte de la lucha y reivindicación por los derechos de género, que adquieren cada día más importancia y cobertura, en un mundo globalizado e interconectado, que aspira a lograr una nueva mirada, más humana, justa e inclusiva, para el "ser" de la "mujer". Lo que necesariamente, debe expresarse en el ADN, de un pueblo, es decir, en su cultura, y por ello, en las diversas manifestaciones artísticas, como: la literatura, música, pintura, teatro, danza, etc…

En esta oportunidad, por ende, compartiré mis reflexiones sobre literatura y género, en el contexto, que tienen actualmente, para las mujeres los "derechos de género", como una categoría importante de los "derechos humanos", en sociedades subdesarrolladas o en vías de desarrollo como la nuestra.

La incursión de las mujeres en literatura ha sido lenta y progresiva. Fundamentalmente, porque, desde los inicios de la historia de la humanidad, la mujer siempre estuvo relegada a sus roles de madre y esposa, lo que la circunscribió, al ámbito de lo exclusivamente privado, dejando para los hombres , la noción de “ lo público “, dentro de una sociedad con estructura patriarcal. Esto no significa, la ausencia de mujeres valiosas en todas las épocas, que abrazaron el cultivo del intelecto y las artes, vedadas durante muchos siglos para la mujer. Sino, simplemente, su permanente y premeditada invisibilización por los modelos sociales imperantes.

Cabe citar, que en Grecia Clásica, las mujeres eran educadas para las labores del hogar y el cuidado de los hijos. A diferencia de los varones, destinados al conocimiento universal para la vida en la polis y las destrezas de la guerra. Una excepción a la regla, fue el caso de la poetisa Safo de Lesbos, que fue llamada por Homero la décima musa y que por el contenido amoroso de sus poemas fue objeto de diversas habladurías.

En Roma , las mujeres, eran consideradas cosas como los esclavos. Y sin duda, tenían menos derechos, que los propios plebeyos.

Durante la Edad Media , se recuerda la figura insigne de la poetisa Sor Juana Inés de la Cruz, que para desarrollar su vocación literaria, tuvo que hacerse monja y luchar contra la fuerte discriminación de su época.

Otro ejemplo notable, lo encontramos, durante la época victoriana, en las grandes escritoras Emily, Charlotte y Anne Brönte, que publicaron sus obras con pseudónimos masculinos, a fin de obtener, algún reconocimiento literario, en una época en que se demonizaba a las mujeres por cultivar las letras.

Durante el siglo XIX, resulta inolvidable la figura de la escritora francesa George Sand, que en esos años, abandonó a su esposo y con vestimentas masculinas, frecuentó la bohemia parisiense, siendo amiga de grandes artistas como Franz Liszt, Victor Hugo, Honoré Balzac y Gustave Flaubert, entre otros.

A fines del siglo XIX, la mujer postergada por años del ámbito público, conquista definitivamente el derecho a sufragio universal, validando con ello su verdadera condición de persona , al ser titular de derechos civiles y políticos.

Con la llegada del siglo XX, en el contexto de las vanguardias, se produce una nueva visión del hombre y la literatura. Y entonces, surgen las primeras luchas feministas, que reivindicaron el concepto de "género", con la aspiración de posicionar a la mujer en un plano de igualdad, respecto del varón, naciendo el concepto de "equidad de género", presente, hasta nuestros días, en el debate mundial. A este hecho, hay que agregar, que durante el siglo XX, como consecuencia de la globalización, comienza a tomar gran importancia el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, cuyo objeto son los "derechos humanos", es decir, aquellos que el individuo posee por el sólo hecho de pertenecer a la especie humana. Asimismo, adquieren relevancia para todas las naciones del orbe "los derechos sociales, económicos y culturales" y "los derechos de los pueblos". En consecuencia, los organismos internacionales, comienzan a preocuparse de la situación de la mujer en el mundo, prioritariamente, en los denominados países del tercer mundo.

En nuestro país, el reconocimiento de los derechos civiles y políticos de la mujer, ha sido gradual, y sin duda, queda mucho por hacer en este tema; subsistiendo aún, una profunda discriminación en la esfera de las relaciones familiares, tanto en la forma cómo se construye el poder en la pareja y en todo lo que concierne al cuidado de los hijos.

La incorporación de la mujer al mundo del trabajo y a una actividad remunerada, también, ha sido progresiva, sin embargo, la tasa de empleabilidad femenina en nuestro país, es la más baja en América Latina, considerando que no se cumple el principio de igualdad ante la ley, consagrado en la Carta Fundamental de 1980, puesto que, hombres y mujeres, por la misma función laboral, no perciben idéntica remuneración, ocupando las mujeres siempre cargos de menor responsabilidad, o bien, con una remuneración inferior. En este sentido, un dato importante, es que las mujeres registran un mayor ingreso a carreras profesionales impartidas por la Universidad, y están dotadas de mayor preparación y adquisición de conocimientos en relación a los hombres, sin embargo, no ocupan puestos de poder y decisión.

En el ámbito de la participación política, se replica este modelo de desigualdad, por lo que, se ha incluido el concepto de "paridad de géneros", para compensar, de algún modo, este desequilibrio existente en la participación de varones y mujeres en la política nacional. Históricamente, el número de parlamentarios varones ha sido siempre superior, al de sus colegas mujeres. No hay que olvidar, que sólo recientemente, nuestro país, en su larga historia constitucional, ha tenido por primera vez una Presidenta de la República.

En materia de Derecho Penal, en lo que atañe específicamente a la "violencia de género" y "maltrato habitual", sufrido por mujeres, existe una tremenda deuda. Pues, los tipos penales existentes, resultan insuficientes para comprender y sancionar las conductas discriminatorias y aberrantes ejecutadas contra la mujer. A mayor abundamiento, otro signo evidente de discriminación, lo constituye la penalización del aborto, que priva a las mujeres de todas las edades y segmentos sociales de sus derechos sexuales y reproductivos, consagrados en diversos tratados internacionales, tales como la "Convención sobre la eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer".

En síntesis, la condición de la mujer, en cuanto sujeto cultural, en su rol de escritora, es producto de la interacción de distintas variables: jurídicas, económicas, sociales, políticas, culturales etc… que culminan, en una participación restringida y escasa de la mujer en la vida cultural del país. No obstante, existe la maravillosa posibilidad, desde la óptica de la literatura y la creación artística, mediante su vinculación estrecha con el tejido social, de construir un nuevo sentido e identidad para el ser de la mujer, basado en un discurso, que aborde lo esencialmente femenino, en temas que le son propios y contingentes. La tarea, de inclusión y participación de las mujeres, no sólo le corresponde al Estado a través de sus políticas públicas, sino, a todas y cada una de las mujeres, que hacemos cultura y dignificamos nuestra condición de creadoras e intelectuales, desde el desarrollo de un genuino pensamiento de género, conducente a un profundo cambio social y cultural, en un país, que debiera avanzar cada día más, hacia una verdadera y auténtica democracia, en que se privilegie, la justicia social y el respeto por los derechos humanos, incluidos, los vapuleados derechos de género.

Te puede interesar: El feminismo socialista como ruptura del límite de lo posible

 
Izquierda Diario
Síguenos en las redes
/ Laizquierdadiariochile
@lid_chile
www.laizquierdadiario.cl / Para suscribirte por correo, hace click acá