Parece ser que el sindicato no se ha enterado o no conoce el conflicto existente y las exigencias del sector del taxi, que nada tiene que ver con la destrucción de empleo: lo que se pide es una regulación que defienda los derechos de los trabajadores de ambos sectores.
Lo que faltaba por ver es esta alianza de UGT con la patronal de estos vehículos: son grandes empresarios e inversores que no piensan nada más que en llenarse los bolsillos a costa de la precariedad de sus conductores (en la reunión no había ningún representante de los trabajadores).
El sindicato que hace un mes se posicionaba en contra de la incursión de estas empresas en el sector del transporte urbano, ha dado un giro radical y se ha posicionado a favor de estas empresas y del interés de sus dueños dejando de lado a los conductores, que seguramente después de esta puesta en escena seguirán en las mismas condiciones precarias de trabajo.
La obligación de un sindicato que dice representar a los trabajadores debería ser entablar contactos con los conductores ayudándoles a la organización de un comité de empresa y sabiendo cuáles son sus demandas reales, no admitiendo a sus explotadores como si fueran representantes de los trabajadores.
Esto seguramente daría pie a que en el sector del taxi se creara un sindicato de conductores que junto con los de VTC pudieran organizarse y plantarle cara a la patronal de uno y otro lado para mejorar las condiciones de forma colectiva y no haciendo del enfrentamiento la separación de los trabajadores.
Esto es lo que faltaba por ver de un sindicato burocrático que recibe ayudas estatales y con este gesto demuestra que nunca morderá la mano que le da de comer.
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