Este informe, titulado “Estudio de las condiciones carcelarias en Chile: diagnóstico del cumplimiento de los estándares internacionales de derechos humanos”, buscaba realizar un diagnóstico sobre la situación que viven miles de personas que hoy están detenidas en nuestro país. Entre los graves problemas que aparecen están el hacinamiento, la vulneración a los derechos humanos, la violencia que viven los presos, la falta de derechos mínimos que afectan la vida cotidiana.
Sobre el hacinamiento, se conocieron casos como el Centro de Cumplimiento Penitenciario de Copiapó para hombres, donde en un espacio para 198 personas viven más de 700 internos. Algo similar ocurre en la mayoría de las cárceles del país. También en el caso de las cárceles para mujeres se observa esta situación, como es la cárcel de Talca donde en un espacio para 36 personas viven más de 100.
Entre los castigos legales que se aplica a los detenidos están el aislamiento, pero es cotidiano el allanamiento a las celdas, los golpes, la tortura, la violencia física y psicológica.
Incluso el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) señaló su preocupación a las autoridades chilenas en el año 2012 por la precaria situación en que viven los detenidos
Quiénes hoy pueblan las cárceles son sobre todo jóvenes de sectores populares y comunas consideradas ‘problemáticas’ por las autoridades, además el discurso de la inseguridad que busca instalar la necesidad de más policía, carabineros y mano dura, como una forma también de control social. La criminalización de la pobreza es una realidad que hoy viven millones de personas y sobre todo los pobres y las cárceles siguen siendo uno de los mecanismos privilegiados del capitalismo para el control social, junto a las fuerzas armadas y de orden. |
