Canale (perteneciente al grupo Industrias Alimenticias Mendocinas) lleva años de crisis y vaciamiento. Ahora, la Justicia decretó la quiebra de esta productora y exportadora de conservas. Esto pone en riesgo más de mil puestos de trabajo en sus tres plantas de las localidades mendocinas de Tupungato, Tunuyán y San Rafael.
La firma aduce números rojos en sus balances desde 2015, cuando recibió un salvataje del Gobierno por $ 150 millones. Además, en 2017, Canale acordó con un fondo de inversión norteamericano para reestructurar su pasivo. Actualmente, cuenta con una deuda bancaria de más de $ 22 millones.
La Justicia pidió en el fallo que “se protejan” las fuentes laborales. “Los trabajadores constituyen un valor inconmensurable dentro de la empresa”, sostuvo el magistrado Alberto Alemán en la resolución. Desde noviembre de ese año, la empresa incumple con el pago de cargas sociales a sus empleados. Además, denuncian atraso en los sueldos y situaciones familiares complicadas
El juez también solicitó que se comunicara la decisión a los jueces intervinientes en los concursos preventivos de las otras plantas del grupo, localizadas en Lavallol (provincia de Buenos Aires) y Catamarca.
En el sector alimenticio, distintas firmas responden a la crisis con cesantías y despidos. Molinos Cañuelas anunció el cierre de su planta de Tucumán y su traslado a Salta, dejando sin trabajo a más de 50 trabajadores. La cerealera Bunge, por su parte, amenazó con “retiros voluntarios”, antes de acordar con el sindicato de aceitero jornadas de trabajo más intensivas y extenuantes para sus empleados. | 
