El viernes 5 de Octubre el gobierno aprobó a golpe de tambor la Reforma Fiscal, enfrentada por cientos de miles de trabajadores en las calles en oposición a la política oficialista. Si bien se esperaba que la Reforma se votara hacia el 14 de Octubre, el gobierno del PAC (Partido Acción Ciudadana) y sus diputados, junto con los de Liberación Nacional, Unidad Social Cristiana y otros, aceleraron la votación.
El resultado en todo caso no es una victoria plena del gobierno, ya que fue aprobado por 36 votos contra 22. Antes de la huelga, los diputados que se habían manifestado como opositores a la Reforma Fiscal eran apenas 2 y en segundo debate el gobierno debería obtener 38 votos. Es una primera victoria política del gobierno, sin duda alguna, pero no parece ser una victoria decisiva.
También atenúan la victoria del gobierno las manifestaciones que continúan, basta mencionar el bloqueo de las comunidades indígenas en la frontera sur del país con Panamá, el bloqueo en San Ramón que duró unos 6 horas y el mitín permanente frente a la Asamblea Legislativa. Ninguna de estos bloqueos de vías fueron levantados por el gobierno, lejos de ello, el ejecutivo tuvo que evitar el enfrentamiento para no manchar su victoria parcial.
Ahora el proyecto pasa a consulta a la Sala Constitucional, un procedimiento normal, que dictaminará la validez constitucional de la Reforma. En esta votación el gobierno tampoco tiene una victoria asegurada, ya que desde hace años la Sala Constitucional no se distingue por una coherencia plena en sus votos. Cuánto tarde ese trámite es una gran incógnita.
La maniobra del gobierno, acelerando la votación del proyecto de reforma, tomó por sorpresa a las direcciones sindicales que parecen no poder recomponerse después de la derrota que sufrieron en la ola de asambleas de trabajadores que el fin de semana anterior votó contra el acuerdo que las direcciones habían alcanzado con el gobierno. En este sentido, es claro que los principales hechos de la huelga durante la votación de la Reforma se dan con relativa independencia de las direcciones oficiales de los sindicatos.
En una nota significativa, mientras el gobierno votaba la reforma, la dirección de UNDECA (sindicato de salud) llegó a un acuerdo para finalizar la huelga en ese sector a cambio de que no haya medidas represivas contra los trabajadores. Este acuerdo será discutido en asamblea de base y no está claro cómo continuará el paro en el sector de los trabajadores de la salud, ya que si bien es cierto UNDECA es un sindicato muy grande, no es el único; otros sindicatos de salud anunciaron que continúan en huelga.
Es necesario que los trabajadores asuman la dirección de la huelga ante el espacio vacío que dejan las direcciones sindicales. Es necesario impulsar una jornada nacional de cortes de ruta el día que se vote la Reforma en segundo debate. Que todo el país esté paralizado y ganar en las calles como ya se hizo en ALCOA en 1970 y en el COMBO ICE en 2000. Las direcciones parecen temer las consecuencias de llevar esta huelga a sus consecuencias últimas. Pero este miedo ni de cerca lo tiene los trabajadores. Por ello debe asumir en los hechos la dirección de la huelga. Es esa base la que puede derrotar el ajuste del FMI y del gobierno. |