La misión es la "lucha contra los males del comunismo"eliminando una supuesta “dictadura ideológica”. Para lograr un avatar de Bolsonaro golpea a mujeres, negros y sin techo.
Las redes sociales fueron uno de los lugares más utilizado por el ultraderechista Bolsonaro para sacar ventaja en la campaña electoral y obtener el 46.5% de los votos y superar al candidato del PT, Fernando Haddad, aunque la elección se definira en la segunda vuelta del 28 de octubre.
En esas mismas redes sociales se está compartiendo las denuncias sobre un juego que transformas las diversas declaraciones homofóbicas, racistas y machistas del candidato del PSL.
El juego muestra a una animación que permite al jugador colocarse en la piel del candidato de Bolsonaro, y ganar puntos al matar a militantes gays, feministas e integrantes de movimientos sin tierra.
El vídeo presentación es más que gráfico. Comienza con un país en ruinas mientras figuras demoníacas que recuerdan a los exmandatarios Lula Da Silva y Dilma Rousseff. Inmediatamente la secuancia continúa con un Jair Bolsonaro, que aparece como un super heróe de comic, dispuesto a batallar.
Las diversas expresiones reaccionarias de Bolsonaro, sumadas a las de sus electores y partidarios, que en la elección portaban armas a las urnas o informes de fotos con hombres con tatuajes y camisetas con símbolos nazis, muestran que el juego busca banalizar el discurso de un candidato que conllevan un enorme odio contra los sectores más oprimidos de la sociedad. Odio que se expresó en el brutal asesinato de Mestre Moa do Catende apuñalar por criticar al candidato.
Este juego bizarro de Bolsonaro no expresa más que la banalización de la violencia sufrida por el racismo, machismo y LGBTfobia, que además intenta pasar estos valores reaccionarios como si fueran "fakenews". En este caso concreto queda claro que Bolsonaro esconde detrás de un supuesto combate a la violencia, o defensa de la seguridad, un intento por fortalecer a las fuerzas armadas así como dar carta blanca a la policía militar para aumentar la violencia contra los movimientos sociales incluyendo los que reclaman una vivienda digna, así como a los sindicatos, las entidades estudiantiles y otros sectores oprimidos de la sociedad.
Para enfrentar a la extrema derecha, es más que necesario, es urgente que fortalezcamos a una izquierda combativa y militante en los lugares de trabajo y de estudio, para apostar a la movilización independiente de los trabajadores, jóvenes, mujeres y negros en Brasil para enfrentar la continuidad del golpe institucional y la extrema derecha.