Guillermo Pereyra va a quedar en la historia del movimiento obrero, sin dudas. En enero de 2017 había sido uno de los primeros en avanzar con los “acuerdos sectoriales” que propone Macri, flexibilizando el convenio colectivo del Sindicato de Petroleros Privados. Con el argumento de “atraer inversiones”, entregó varias conquistas laborales de los trabajadores de los yacimientos “no convencionales”.
Pero el “Caballo”, como le dicen en su provincia y el gremio, siempre puede dar un poco más. Este martes, veinte meses después, firmó un inédito “blindaje anti-huelgas”. Se trata de una Comisión Especial de Interpretación y Resolución de Conflictos, integrada por empresarios, funcionarios y sindicalistas, como “instancia de gestión conciliadora para evitar que se tomen medidas de fuerza”.
El pacto compromete al sindicato a no tomar medidas y si, como “último recurso” estas se llevan adelante, deberán canalizarse a través de la “Comisión”. O sea, una comisión antihuelgas.
La firma del pacto fue promocionada con bombos y platillos por el gobernador Omar Gutiérrez. Igual que Pereyra, ambos pertenecen al MPN, la fuerza que gobierna Neuquén. También participaron representantes de la cámara de empresas petrolera y de la norteamericana Halliburton. En el caso de los gremios, estuvieron la UOCRA y los petroleros jerárquicos, aunque no participó Camioneros quien criticó la medida.
¿Qué más quieren?
El gobernador Gutiérrez dijo en el acto que “se acabaron las excusas para no invertir”, como si la entrega de los recursos naturales y el convenio colectivo no fueran suficientes para Chevron y las multinacionales petroleras. “Este es un gesto de confianza para afianzar reglas de juego claras y anticipar la llegada de inversiones” insistió el gobernador.
El anuncio se hace en medio de la polémica por un nuevo tarifazo del gas, donde las empresas productoras se ven favorecidos por sus contratos dolarizados y las deudas contraídas por las distribuidoras Iguacel quiere trasladarlas a los usuarios.
Pereyra se defendió de las críticas asegurando que “tenemos que ser capaces de resolver los conflictos mediante el diálogo permanente para no afectar a la actividad”. Como si desde su Sindicato se hubieran impulsado, en los últimos años, conflictos contra los despidos, los ataques a las condiciones de trabajo e incluso las muertes en los yacimientos.
Como explicaba hace algunas semanas Martín Álvarez Mullally en La Izquierda Diario, “el megaproyecto requiere un gran cantidad de mano de obra, pero las nuevas reglas del juego someten esta demanda a tercerizaciones y altos niveles de precarización laboral. Mano de obra mal pagada y con regímenes laborales intensivos que vienen aumentando notablemente los ritmos y las condiciones de trabajo, factores que incrementan los riesgos de accidentes. En lo que va de 2018, fallecieron cuatro trabajadores en accidentes laborales”.
El propio Pereyra hizo esta semana declaraciones periodísticas que causaron impacto. “El 40% de los petroleros son adictos” aseguró. Lo dijo como si las duras condiciones en los campamentos, 15 días alejados de sus hogares bajo condiciones muchas veces extremas, no tuvieran nada que ver con el “consumo problemático” que afecta a muchos trabajadores.
Sin embargo, Pereyra no solo será premiado oportunamente por el gobierno y las empresas con este nuevo gesto. Esta semana se anunció que el integrante del Consejo Directivo de la CGT recibirá el “prestigioso” galardón de la Fundación Konex. ¿El argumento? "No se debe llegar a posiciones extremistas sino que se tiene que llegar a acuerdos, y esto es justamente lo que hizo Pereyra con el convenio de productividad".
El "Caballo" no para de triunfar.
Foto: Sebastián Fariña Petersen, LM Neuquén | 
