En el día de ayer, organizaciones sociales, políticas y estudiantiles realizaron un corte en San Luis y Corrientes para apoyar la reincorporación de Lucas Castillo, que la Justicia ordenó reinstalar en su puesto de trabajo de la empresa Liliana S.R.L. |
Lucas fue referente, junto a otros compañeros suyos, de una larga pelea por el pase a planta permanente y mejores condiciones laborales y salariales dentro de la empresa metalúrgica. Como represalia él y 12 empleados más de la firma fueron despedidos. En septiembre del año pasado la Sala X de la Cámara Nacional del Trabajo ordenó su reinstalación mediante una medida cautelar, que fue ratificada a comienzos del pasado febrero, luego de que la gerencia de la empresa impidiera su ingreso desconociendo lo ordenado por la Justicia y posteriormente apelara el fallo.
"Liliana S.R.L. se burla de la Justicia"
En declaraciones vertidas a este medio, Lucas afirmó que "la empresa permanece en la ilegalidad, sigue sin convocarme a retomar mis tareas dentro de la planta, y en las ocasiones en que yo me presenté se me impidió el ingreso. El fallo judicial que ordena mi reinstalación nos da la razón a los trabajadores de Liliana, de que la empresa nos despide por organizarnos y pelear por nuestros derechos. Hace más de 65 años que se fundó la empresa, y en todo ese tiempo impidió sistemáticamente la organización sindical, por eso en Liliana nunca hubo delegados. Ahora esta empresa se burla de la Justicia, y ninguna institución del Estado le pone límites."
No fue un accidente, fue un crimen patronal
Asimismo, Castillo relató que, mientras aguardaba que el fallo judicial se hiciera efectivo, ingresó a trabajar a otra empresa metalúrgica, esta vez la multinacional Electrolux. Allí hace pocas semanas ocurrió un incidente con una máquina termoformadora que atrapó e hirió gravemente al trabajador Daniel Aguilar, quién falleció a los pocos días. Lucas explica que eso generó mucha bronca, tristeza e indignación entre los obreros de la ex Gafa, y que él denunció la situación en una carta dirigida a sus compañeros. Cuando la empresa se enteró quién era él, lo despidió. "La muerte de Daniel no fue un accidente sino que fue un crimen, porque se podía evitar. No puede ser que los trabajadores vayamos a laburar y no sabemos si volvemos a nuestras casas. En Rosario los metalúrgicos no tenemos ningún derecho: accidentes laborales por los altísimos ritmos de producción y por la falta de mantenimiento e inversión, muchas horas de trabajo por un salario que no llega a la canasta familiar, y muchas otras cosas más". El referente de la Agrupación Metalúrgicos de Base aseguró que "por eso la pelea por mi reinstalación no es una pelea individual, sino un ejemplo para todos los trabajadores de que la única forma de pararle la mano a estas patronales es organizándonos entre nosotros y peleándola." |