En este caso la textil Algoselan-Flandria, una algodonera ubicada en Villa Linch que emplea doscientos trabajadores y que recibe un subsidio (Repro) de parte del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, volvió a suspender a su personal desde el primero de octubre por treinta días y se puede extender por sesenta días más dependiendo la situación económica de la fábrica.
Los primeros días del mes cuando los trabajadores asistían a cumplir su jornada laboral los doscientos empleados se enteraron que estarán suspendidos por un mes con una posibilidad que se extienda a dos meses, cobrando el 87% del sueldo.
Con esta medida en lo que va del año ya son tres las veces que el empresario Di Forti, dueño de Algoselan, descarga la crisis sobre la espalda de los obreros textiles.
“Nuevamente los tarifazos descolocan a la industria y los platos rotos los vuelven a pagar las y los laburantes”, declaro uno de los operarios a una Fm local.
En junio, la empresa había suspendido cerca de 30 empleados en los sectores de tejeduría e hilandería. Sin embargo, en esta oportunidad, decidió suspender a todo su personal, incluidos personal jerárquico, por un mes hasta poder volver a competir contra los grandes productores.
Recordemos que el sector textil es uno de los mas afectados con despidos y suspensiones que aumentan mes a mes.
Entre diciembre de 2015 y junio de 2018, la destrucción del empleo en la industria superó los 80 mil puestos formales, mientras que en el área textil-indumentaria, son 13 mil, pero si se le agrega el empleo informal sólo el sector textil perdió 30 mil puestos. Según la Cámara Nacional de la Industrial Textil, manifestó que los primeros siete meses de 2018 el rubro textil sufrió una caída de actividad del 8% interanual y que desde 2015, la producción se precipitó 16,4 y el eslabón de la confección registró una disminución de 17,2.
Si bien los trabajadores textiles se encuentran desprotegidos por parte de sus direcciones sindicales ( SETIA Y AOTRA) para enfrentar los ataques y resistir los despidos, aun si, en diversos lugares como Alpargatas, las trabajadoras textiles de Neuquèn, por nombrar solo algunos ejemplos, se plantan y enfrentan los ataques que propician los empresarios textiles, sostenidos por las políticas del Gobierno de cambiemos.
Es por esto que la lucha es ahora, como plantean desde La Izquierda y los sectores combativos, al ajuste se lo enfrenta organizados de forma independiente de las alternativas patronales y en las calles.
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