La tensión interna en Cambiemos está lejos de desaparecer. Según diversas versiones, este martes Elisa Carrió pediría formalmente el juicio político contra el ministro Germán Garavano.
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Uno de los hechos por la que lo acusa la diputada es por aquella declaración de Garavano en la que manifestó la inconveniencia de que el país tenga a un expresidente con prisión preventiva. Carrió interpreta esas palabras como un mensaje del ministro hacia el Poder Judicial, para que no avance sobre Cristina Fernández de Kirchner.
Además, la legisladora nacional acusa al ministro de darles protección política a Eamon Mullen y José Barbaccia, al no haber impulsado desde su cartera la imputación contra ambos exfiscales por supuesto encubrimiento del atentado de la AMIA.
La tercera acusación contra Garavano se basa en la designación como asesora de la exprocuradora de la provincia de Buenos Aires María del Carmen Falbo. Carrió acusa a la dirigente peronista bonaerense de encubrir, en el ejercicio de su gestión como jefa de los fiscales del distrito, delitos relacionados con el narcotráfico.
En este contexto, varias figuras del oficialismo salieron a respaldar a Garavano. Acompañando el apoyo que le brindó el mismo Macri, diputados nacionales como Pablo Tonelli o Eduardo Amadeo dieron un aval a la gestión del titular de Justicia y rechazaron el pedido de juicio político.
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La interna en Cambiemos puede explicarse por varias razones. Entre ellas hay que atender a que Elisa Carrió busca representar claramente el perfil anticorrupción dentro de la coalición Cambiemos. Una cuestión más difícil para el macrismo duro. Por solo tomar un ejemplo, el mismo Mauricio Macri y su primo Angelo Calcaterra son parte de la “patria contratista” desde hace décadas.
El rol que juega Carrió también tiene que entenderse en el marco de la crisis económica en curso, que golpea la imagen de Cambiemos. El ajuste que sufren las mayorías trabajadoras despierta un creciente descontento que, además, se potencia con las denuncias de corrupción. Por ahora, la diputada se mantiene dentro del espacio, cubriendo el flanco de la “anticorrupción” con sus denuncias. Pero las mismas también le dejan el camino abierto para una eventual salida. |