Fotografía: DyN
Como era de esperar finalmente el FA-UNEN estalló. El experimento “progresista” de reunir a todas las fuerzas no peronistas del país, recrear el pan radicalismo, con sus socios menores, el socialismo se rompió antes de ponerse a prueba. Lo cierto que esta ilusión era la crónica anunciada del fracaso (y la estafa) de una centroizquierda que de poco tenía de centro y de izquierda.
Como reflejamos en este medio, los primeros en abandonar el barco fueron Elisa Carrió y sus correligionarios que se refugiaron en los pagos del PRO de Macri. Fiel a su estilo intempestivo, Carrió dio el portazo acusando de mediocres a sus colegas y criticando la tibieza de la UCR en ir a internas con el PRO.
Si la fuga de Carrió mantenía un vilo de expectativas de que el FA-UNEN se mantenga en carrera, la fuga de los radicales terminó de enterrar cualquier perspectiva. Los frentes con listas del PRO en las provincias fueron y anunciaron el divorcio casi de facto de radicales con los socialistas de Binner.
Llegada a esta instancia el FA-UNEN paso de doblarse a romperse. A esta breve y frustrada historia de la centroizquierda republicana y liberal argentina, que lo más dinámico que tuvo fueron sus internas y sus fugas, se le suman las dificultades de los propios socialistas en su provincia “modelo”: Santa Fe.
La entrada en escena del Lole Reutemann aumentan las chances para que el PRO santafesino se quede con el gobierno provincial. De allí que varios medios anuncien que una de las posibilidades sea que Binner compita contra el ex gobernador en el cargo de senador provincial. Los socialistas, luego de años de crisis estatal producto de los escándalos narco-policiales (y también estatales), aprestan a apostar toda su caudal político para retener Santa Fe.
Aunque Binner hable de que fuerzas conservadoras quieran asumir el control del escenario político, lo cierto es que el contenido real de la política de los miembros FA-UNEN que gobiernan Santa Fe lejos están de diferenciarse sustancialmente de esas fuerzas que Binner denuncia. Dificil de sostener esto cuando la provincia que gestionan radicales y socialista se encuentra sumida en una crisis política donde la policía actúa como un verdadero cartel narco, donde multinacionales exportadoras como Bunge facturan 30.478 pesos por minutos sin tener las rentas gravadas y una juventud trabajadora sin derechos sometidas a las peores condiciones de precarización laboral.
La inconsistencia de este frente político que se presentaba como la renovación del régimen político fue acosada desde el minuto cero. Lejos de mostrarse como una “renovación” del régimen político, radicales y socialistas mantienen la herencia reutemista en la provincia de Santa Fe. Las inundaciones que azotan a la capital santafesina y decenas de localidades es su prueba más cabal, junto al encono de Bonfatti contra la huelga docente.
El estallido del FA-UNEN se viene a sumar a la larga lista de fracasos de la centro-izquierda argentina, que históricamente le aportó el barniz republicano a la derecha liberal y conservadora argentina. Cada uno hizo uso y abuso de este espacio político para sus propios intereses, ya sea para pasarse a la derecha del PRO o las variantes de la derecha peronista. En estas idas y venidas el FA-UNEN se fue carcomiendo por dentro hasta transformarlo en una superestructura raquítica a la que ni siquiera sus participantes apuestan. |