“Resuelvo no hacer lugar al pedido de detención de Pablo Antonio Hugo Moyano, alias ‘salvaje’”, avisó en la tarde de este martes el juez Luis Carzoglio. Descomprimía así una situación que se empezaba a caldear.
Durante el fin de semana, habían comenzado las declaraciones de referentes de todo el mundo sindical. Camioneros, obviamente, fue el más picante: “No descartamos un paro nacional".
Desde el Frente Sindical para un Modelo Nacional se pusieron “en estado de deliberación” y ya organizaban una movilización para recibir a Pablo que llegaba de viaje. El repudio involucró hasta la CGT oficial. Daer y Acuña ensayaron una respuesta que, además de una “solidaridad cegetista”, buscaba no quedar opacados por el protagonismo de sus adversarios. “Se trata de una campaña de persecución a dirigentes gremiales con el doble objetivo de distraer la atención a la tremenda crisis económica y a la vez amedrentar al movimiento obrero organizado para que no continúe con el Plan de Lucha que se viene desarrollando desde la CGT” dijeron. Ese final, hay que decirlo, despertó muchas sonrisas.
La causa por la que acusan a los Moyano no tiene nada que ver con Camioneros, sino con manejos del Club Independiente. Pero es probable leerla, en medio de otras causas y las multas al sindicato, como parte de los aprietes impulsados por el gobierno contra los gremios opositores. Aprietes que intentarán disciplinar, también, a los propios trabajadores.
Entre el repudio de cualquier organización a esos aprietes y la defensa corporativa del sindicalismo peronista puede haber, a veces, una distancia. Pero el juez Carzoglio dejó el debate para otro momento.
Lo cierto es que quedó sonando en el aire el hit de los Camioneros desde que Hugo y su familia se desencontraron con Macri: “siga siga el baile, al compás del tamboril / si lo tocan a Moyano / le paramos el país”.
La Basílica, el Palacio y las calles
Con ese ruido de fondo, la semana sindical seguirá muy movida. Este jueves 18 se reunirá el Consejo Directivo de la CGT. La “mesa chica” que dirige la central hizo trascender que anunciará un paro para noviembre. Y no descartó que sea de 36 horas y hasta con movilización. Una maniobra “en pinzas”. Por un lado, para mostrar al ahora binomio Daer-Acuña más activo ante el malestar popular y su desprestigio. Por otro, para seguir dándole gobernabilidad a Cambiemos. Un paro general la semana que viene, en medio de las negociaciones en el Palacio del Congreso, hubiera sido un golpe de gracia al plan de ajuste de Macri y el FMI.
El jueves se sabrá la propuesta. Mientras tanto la CGT inauguró un método, un poco más novedoso, de comunicar sus ideas. A los tradicionales comunicados, con membrete y prosa clásica, se sumarán modernos spots. El primero analiza la crítica situación de la clase trabajadora, pero no propone ninguna medida para “remediarla”.
El Frente Sindical para el Modelo Nacional que impulsan Moyano, Palazzo y Pignanelli concentra casi todas sus fuerzas en la peregrinación y oración de fe que protagonizará este sábado 20. Tras la consigna de “Paz, pan y trabajo” piensan movilizar a miles de trabajadores de sus gremios para escuchar las palabras del arzobispo de Mercedes, monseñor Agustín Radrizzani.
En sus últimos encuentros, desde el Frente aclararon que “estamos preparando la marcha del 20 a Luján y también la movilización del 24”. Otros que hacen sus “pinzas”. Por un lado, no quieren quedar solo “yendo a misa” cuando el país está caliente. Por otro, avisan que la movilización será sin paro. Ni siquiera abrieron ese “estado de deliberación” en sus gremios para que los trabajadores discutan qué hacer ante los ataques.
¿Y si “paramos el país” por todo el pueblo trabajador?
Este jueves el oficialismo intentará tener dictamen para tratar el Presupuesto el miércoles 24 en Diputados, o cuanto antes. Una ley que implicará un fuerte ajuste a las necesidades populares, pero con un fenomenal aumento de los gastos destinados a pagar la deuda, que se llevará 600 mil millones de pesos. O sea, 5 veces el gasto en Salud, 3,25 veces el gasto en Educación y la mitad del gasto anual en jubilaciones y pensiones.
Hoy los bloques del peronismo y los gobernadores de ese partido negocian con el gobierno la letra del proyecto y el quórum para el martes. Como denunció Nicolás del Caño (PTS-FIT), “Cambiemos no puede reunir el quórum sin el apoyo del peronismo. Quienes habiliten el tratamiento serán parte del pacto contra el pueblo que sellaron Macri, los gobernadores y el FMI”.
El sindicalismo peronista no quiere arriesgar ese pacto. Por eso hace declaraciones y moviliza con pocas ganas, pero no pondrá todo el poder de las organizaciones obreras para impedir su aprobación. Por ahora solo paran CTERA (docentes), Conadu (universitarios) y ATE. ¿Qué pasaría si la CGT convoca un paro con movilización desde los lugares de trabajo al Congreso? ¿Qué pasaría si el Frente Sindical paraliza bancos, aviones y transportes y moviliza sus gremios? No hace falta respuesta.
Desde el Movimiento de Agrupaciones Clasistas y el PTS se vienen exigiendo asambleas en los lugares de trabajo y que cada sindicato convoque a parar y movilizar el 24, o el día que se trate. Contra el Presupuesto, los despidos y los ataques a las organizaciones obreras; por la reapertura de las paritarias. El hit tendría que ser “Si nos tocan a todos y todas / les paramos el país”.
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