Este jueves se cumplieron 9 años de la última vez que Yamila Cuello fue vista con vida. El 25 de octubre de 2009, la joven que en ese momento tenía 21 años, salió de su casa al mediodía para almorzar con un amigo, pero nunca llegó. Llevaba sólo lo puesto. Su familia siempre denunció que Yamila mantenía una relación turbulenta con su ex pareja, de quien habría recibido un llamado telefónico que “la alteró mucho” justo antes de dejar su vivienda.
La desaparición de Yamila es el único caso caratulado como trata de personas en Córdoba. El año pasado, la Justicia intentó cambiar la carátula a homicidio, pero la lucha en las calles impidió que eso sucediera.
En la movilización también estuvieron presentes familiares de Jimena Natalí Arias, desaparecida en Barrio Ciudad Evita en el 2012, cuando tenía 22 años. Analía, hermana de Silvia Gallardo, llegó desde Traslasierra para reclamar por su hermana y por las otras tres mujeres de esa zona que desaparecieron en los últimos años. Silvia está desaparecida desde el 2014, al igual que Marisol Reartes y su hijita Luz Oliva. Hace 37 días, Delia Gerónimo Polijo, de tan sólo 14 años, desapareció en la misma zona.
Agrupaciones de mujeres y organizaciones de izquierda acompañaron el reclamo de Justicia de los familiares de las mujeres. Entre ellos estuvo la legisladora del PTS-FIT, Laura Vilches.
Al finalizar la movilización, la Coordinadora por la aparición con vida de Yamila Cuello leyó el siguiente documento:
Yamila Cuello es una joven de un barrio obrero de esta ciudad, cuyo caso es, por ahora, el único investigado por la justicia federal de la provincia como posible caso de trata de persona. La última novedad de la causa fue el año pasado, cuando la cámara federal de Córdoba Sala 2 decidió rebotar la resolución del fiscal Senestrari que pedía la incompetencia de la Justicia Federal para investigar la desaparición de Yamila. Y proponía caratular la causa como homicidio. Con la lucha logramos revertir esa decisión.
Somos conscientes de que Yamila no es la única que permanece desaparecida en democracia. De hecho, el gobierno nacional en 2015 publicó un informe, cuestionable desde lo metodológico, pero que sin embargo reconoce la existencia de 3.231 mujeres y 2.081 varones desaparecidos entre 1890 y 2013.
El Gobierno de Córdoba, escandalosamente fue uno de los pocos que se negó a brindar datos para este informe, demostrando su complicidad ante esta violación de los derechos humanos. Este año la movilización tiene como consigna ‘Marchamos porque hay desaparecidas en Córdoba’, para alertar a la sociedad de que, además de Yamila, existen más mujeres cuyo paradero es un misterio en los últimos años.
El 18 de septiembre de este año, Delia Gerónimo Polijo, de Traslasierra, desapareció volviendo de la escuela, conmocionando a los vecinos de la zona. Allí, desde el 4 de febrero de 2014 se venía reclamando la aparición de la joven Marisol Rearte y de su pequeña hija Luz Oliva de la localidad de Los Hornillos. Tan solo días después en Yacanto, también en Traslasierra, el 12 de febrero de 2014, desaparecía Silvia Gloria Gallardo. Una constante y coincidente denuncia de las familias es que no hay respuesta desde el Estado y falta un verdadero acceso a la justicia. A esta triste y escalofriante lista se suma que desde el 5 de marzo de 2012 en el barrio Ciudad Evita, en la capital, desapareció Jimena Natalí Arias, una joven de 22 años, madre de tres hijos pequeños, camino a su casa cuando volvía de trabajar.
¿Por qué decimos una búsqueda real? Todos estos años hemos acompañado a la familia de Yamila Cuello, golpeando puertas de la justicia federal, de la Secretaría de Trata. Escrachando a funcionaras como Amelia Chiófalo, ex secretaria de Lucha contra la Trata, luego legisladora de Unión por Córdoba. Y tratando de aprender en la lucha de otros familiares nos han convencido de que es imprescindible redoblar el reclamo de una búsqueda real. Decimos real porque hay doble discurso, porque hay grandes anuncios sin presupuesto. El marketing es muy grande, pero por medio de la lucha podremos avanzar y conseguir medidas elementales. En Argentina no existe un protocolo policial ni judicial para las desapariciones. Cuando Yamila desapareció, la unidad judicial de la comisaría 11 se negó a tomar la denuncia hasta 72 horas después, quedando la búsqueda en las primeras horas a cargo de la familia y amigues. ¿Cuánto tiempo valioso se perdió por la irresponsabilidad y la ineptitud de los funcionarios?
Tampoco existe un registro único federal de personas desaparecidas. Esa es otra medida elemental. Parece increíble, pero no sabemos con exactitud cuántas y quiénes son las personas que permanecen desaparecidas en Argentina. En Argentina no existe un registro único de personas enterradas con NN. La cual, si se cruzara con los datos de las desapariciones, aliviaría enormemente el sufrimiento de muchas familias que buscan a sus hijos y hermanos. Tampoco ha sido efectivo para encontrar a desaparecidas en democracia la actual confusión que viene desarrollando el gobierno nacional y provincia de dos fenómenos diferentes: la trata de personas no es igual al trabajo sexual.
Es evidente que la tarea de instalar en los espacios públicos la demanda de la aparición con vida quede en mano de las familias y amigos de las víctimas, que en muchos casos no cuentan con los recursos económicos necesarios. El Estado en lugar de malgastar fondos en publicidades y campañas electorales, debe ayudar decididamente a las familias para que, de una manera transparente y ágil, puedan mantener esta dura lucha. También colaborando con el patrocinio legal y quitando del medio las trabas burocráticas de sistema judicial.
Finalmente, estamos convencidos que Yamila y muchas otras personas han sido desaparecidas contra su voluntad y es responsabilidad del Estado que esta situación se mantenga. Cada día que pasa sin noticias suyas reafirma esta condición. Exigimos que las causas judiciales de desaparecidos en democracia sean imprescriptibles, por tratarse de una clara violación a los derechos humanos. De la misma manera que sucede con los desaparecidos de la última dictadura militar.
La hermana de Silvia Gallardo leyó luego una carta en representación de su familia y las de Marisol, Luz y Delia, que no pudieron viajar a Córdoba:
Somos familiares de cuatro mujeres y niñas desaparecidas en el departamento San Javier, Valle de Traslasierra. Estamos presentes en esta marcha para acompañar y exigir la aparición con vida de Yamila Cuello. Para acompañar a su familia. Para exigir a Estado provincial y nacional justicia por Yamila y por todas la mujeres y niñas desaparecidas en la provincia.
Cuatro de las mujeres y niñas desaparecidas de la provincia de Córdoba son del departamento San Javier. Marisol Rearte, Luz Oliva y Silvia Gallardo nos faltan desde el 2014 y, hace 37 días, Delia Gerónimo Polijo, alumna del IPEM 137 de la localidad de la Paz. Todos estos casos están radicados en la fiscalía de Villa Dolores. Aún sin ninguna respuesta.
Seguimos exigiendo políticas del Estado que pongan fin al maltrato, la violencia, el femicidio, el secuestro y la trata. Y a toda forma violenta y desaparición que pasan mujeres y niñas de nuestra provincia. Los familiares no vamos a parar hasta encontrar y llegar a la verdad.
|